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Higiene corporal: todas las claves para sacarle el máximo partido

Higiene corporal: todas las claves para sacarle el máximo partido

Para satisfacer las necesidades de nuestro consumidor, muchas veces nos hemos de convertir en expertos capaces de resolver todas las cuestiones que nos puedan plantear. Por ello en esta ocasión intentaré despejar algunas de las dudas más frecuentes en torno a la higiene corporal. 

(Colaboración por Meritxell Martí, bloguera de belleza y salud. Farmacéutica. @farmaciameritxell)

Cuando hablamos de ella, nos acordamos de la ducha de las mañanas, pero realmente va mucho mas allá. Para empezar, no todo el mundo se ducha a diario. La escasez de agua es uno de los problemas más importantes en una gran parte del mundo, por lo que los hábitos de higiene son bien diferentes en cada cultura.

¿El mismo jabón a cualquier edad?

También son diferentes los hábitos de higiene dependiendo de la edad. Muchos de nuestros mayores no se duchan a diario. Algunas veces por falta de movilidad, otras por miedo a caídas, o por efecto de la soledad, por falta de costumbre (hace unos años la gente no se duchaba a diario) o simplemente porque no les apetece. Al no moverse tanto no sienten la necesidad, porque sudan mucho menos, por ejemplo. Sin embargo hay otras necesidades por las que sí podemos recomendar una ducha diaria en las personas más mayores. Nuestro cuerpo tiene y segrega unos lípidos de forma natural.

Estos van a proteger la piel del frío y de la deshidratación, además de aportarle flexibilidad. Junto con estos lípidos y las otras sustancias como el agua que contiene y que está alrededor de la piel forman el factor de hidratación natural de la piel (NMF, natural moisturizing factor). Cuando nos duchamos o lavamos con “jabón”, se pueden llegar a perder estos lípidos y el NMF que protegen la piel. Cuando hablo de jabón, lo que realmente se conoce como tal, es la combinación de las grasas de aceites (de diferentes calidades), unidos a un álcali que generalmente es el hidróxido de sodio o potasio y que provoca una reacción química que se denomina saponificación. No quiero decir que los jabones sean malos, al contrario, a una piel más grasa es probable que le sean muy efectivos, y muchas fórmulas están compensadas con aceites muy densos y otros componentes como ceras hidratantes y nutritivas. Solo hay que tenerlo en cuenta y buscar un jabón que se adecúe a las necesidades de nuestra piel. Por ejemplo, con los años los lípidos naturales son más escasos, por lo que alguien de más edad debería utilizar un producto más nutritivo que una persona joven, que probablemente tendrá una piel más grasa ya que sus glándulas sebáceas están en pleno rendimiento. 

¿Ducha a diario?

No es absolutamente necesario para todos. Ni por ducharse diariamente se es más sano. Depende de la costumbre de cada persona. Hay que tener en cuenta que el olor corporal es debido a lo que ingerimos, a la propia piel, al ambiente que nos rodea… y a las bacterias que al unirse con el sudor producen ese olor. Al lavarnos, eliminamos las bacterias y el olor corporal. Para los niños más pequeños sí es necesario, o al menos aconsejable, porque evitaremos posibles infecciones como la del eritema del pañal. O por algo simple como que los niños están continuamente poniéndose las manos en la boca y están más cerca del suelo que los adultos. A ellos les sirve además como una constancia en las costumbres. Los minutos de baño van a ser el preludio de irse a dormir y de la rutina del sueño.

En los adultos más mayores se aconseja si hay perdidas de orina o cuando hace mucho calor. Al lavarse se eliminan las bacterias que provocarán olor en la piel y posibles irritaciones por roce. Es imprescindible secarse bien después. Tanto en niños como en personas mayores es muy importante tener en cuenta el producto que recomendaremos ya que su piel es mucho más sensible y delicada.

¿Ducha o baño? ¿Mañana o noche?

No hay una norma que nos diga si es mejor la ducha o la bañera para mejorar la higiene de la persona, depende de la comodidad y de la prisa de cada uno, por supuesto. Sin embargo deberíamos tener en cuenta que en una ducha de 5 minutos se consumen 100 litros de agua, aproximadamente, mientras que para llenar la bañera se requieren unos 220 litros de agua. Por la mañana o por la noche dependerá de cada persona y su comodidad. Los niños, como he explicado en el anterior apartado, prefiero aconsejarlo por la noche, antes de la cena como parte de la rutina cotidiana. Algunas personas prefieren la ducha por la noche por sentirse más limpios en la cama. Además, el agua caliente va a relajarnos a nosotros y a nuestra musculatura, por ello después de una jornada de estrés nos va a ayudar a dormir mejor. Por la mañana, el baño o la ducha tiene el efecto contrario y activa a las personas. De hecho la ducha con agua templada nos despeja y activa casi más que un café y dicen que incentiva la creatividad. La ducha matutina es muy indicada para la piel grasa ya que la va a limpiar en profundidad después del sueño.

¿Gel, aceite, syndet?

Gel de baño, no todos son iguales, algunos pueden llevar surfactantes, por lo que pueden irritar la piel o eliminar la capa de lípidos naturales de la misma. Es aconsejable que antes de recomendarlo leamos la composición. Deberíamos tener en cuenta, por ejemplo, que un gel con mucho perfume o colorante puede tender a resecar la piel. Generalmente son jabones líquidos, resultado de la mezcla de una grasa y un álcali. Dependiendo de la calidad del aceite (grasa ) variará mucho la calidad del gel o jabón. Estos al mezclarse con un álcali son de PH más básico.

Aceite de baño, se trata de una emulsión lipídica que al contacto con el agua emulsiona y forma poca espuma. La ventaja es que protege la capa lipídica y es ideal en pieles muy secas. En pieles más grasas no notan tanto la sensación de limpieza o de arrastre por lo que es posible que no gusten. No forman tampoco mucha espuma.

Syndet, se trata de una emulsión o loción sin jabón o detergentes. La solemos aconsejar en pieles irritadas, sensibles, alérgicas y atópicas. Son, en pocas palabras, un jabón sintético. Sin embargo no todos son iguales dependiendo si son aniónicos, anfóteros o iónicos. Por ejemplo los aniónicos son los que hacen mas espuma y a su vez serán mas irritantes para la piel , los anfóteros tienen menos capacidad de espuma y los iónicos que son los aconsejados en piel irritada o muy sensible son los que tienen menos capacidad espumante, pero son los más suaves. La capacidad de l impieza o el poder espumante viene dada por el lauril sulfato de sodio SLS, y el lauril éter sulfato sódico SLES, este segundo es mucho menos irritante que el segundo.

Sobre la composición

El cliente suele buscar el perfume en un producto de ducha o baño, sin embargo es uno de los componentes que pueden irritar las pieles sensibles. También hay que tener en cuenta el contenido en alcohol de las diferentes fórmulas. Así, las espumas pueden contener alcohol y eso provocar irritación en la piel. Parabenes y conservantes, aunque cada día se van suprimiendo más, los productos para la ducha suelen ser económicos y es por ello las composiciones no son siempre las que desearíamos.

¿Y después, las hidratantes?

Después del baño sí aconsejo aplicar una crema, loción o aceite que sea hidratante y protectora de la piel.

Si usamos un aceite que sea oclusivo se puede aplicar con la piel húmeda y después secar sin arrastrar. Algunos aceites contienen también dimeticona, glicerina u otros componentes que les harán mas oclusivos y con ello además más reparadores de la piel. De otro modo sí aconsejo secar primero y después poner la crema. Es preferible siempre secar la piel, a dejarla secar con el aire ya que no solo se va a evaporar el agua de la ducha sino que también puede perderse parte de la hidratación natural de la piel. En los bebés sin dudar, el masaje corporal después del baño forma parte del ritual diario y es un verdadero placer tanto para el bebé como para quien se lo está haciendo.

Temperatura del agua

La piel seca siempre con el agua templada debido a que un aguademasiado caliente va a eliminar los lípidos de la piel y el factor de hidratación natural se evapora. El agua templada, tiene las ventajas de que precisa mucha menos cantidad de energía parar calentarse, activa la circulación sanguínea y preserva los lípidos naturales de la piel. Es la más indicada para aquellas personas que tienen la piel seca. Se considera templada entre 25ºC y 30ºC. El agua muy caliente va a provocar más sequedad en la piel y empeorar el problema de los eczemas o irritaciones cutáneas. Una temperatura alta es la que pasa de 38 ºC. El agua muy fría va a activar el organismo, cerrar el poro, mejorar la firmeza de la piel y la vasoconstricción capilar. La consideramos fría cuando va de 18ºC a 24ºC.

Baños relajantes

Para una bañera o ducha relajante la temperatura del agua ha de ser alta, entre 29º y 37º C, para que ayude a relajar la musculatura. Si además añadimos aceites esenciales conseguiremos que las propiedades de estos aceites sean activos. Para relajar mejor las rosas, la lavanda o el sándalo.

Sales de baño, de Epsom y avena

Las sales de baño también ayudan a hidratar la piel. La avena en la bañera ayuda a cicatrizar la piel. Gracias a su capacidad emoliente es ideal en personas con dermatitis atópica o eczemas. Y las sales de Epsomson las sales de magnesio (sulfato), que son originarias de Reino Unido, de sus famosos baños. Favorecen la relajación del cuerpo.

Desodorantes, ¿sí o no?

Los conocemos para evitar el mal olor corporal del sudor, aunque también ayudan a regular el sudor sin ser propiamente antitranspirantes. Los desodorantes que regulan la transpiración lo hacen de forma localizada ya que es por las sales de aluminio que actúan regulando la transpiración. Los desodorantes clásicos llevan generalmente alcohol para evitar que proliferen las bacterias y estas, en combinación con el sudor, provoquen el mal olor. A quien no le guste usar desodorantes, puede recurrir a los polvos que contengan acido bórico, talco, subnitrato de bismuto, alumbre potásica y un aceite esencial de pino, menta o eucaliptus.

Higiene íntima

Me refiero a la higiene de las zonas genitales y la higiene se refiere a mantenerlas limpias. Al estar limpios evitaremos las infecciones por bacterias, virus o hongos. Para ello el principal objetivo de la higiene intima es: aEvitar la proliferación de gérmenes. aDisminuir la incidencia de padecer infecciones, incluyendo las cistitis. aMejorar el olor corporal de esta zona. Aunque en esta zona tenemos la flora natural que va a proteger de estas infecciones y mantener el PH natural de la piel. Éste debería estar entre 3.5 y 4.5, lo que evitaría la aparición de las infecciones. Hay que tener especial cuidado con la higiene de esta zona en situaciones como menopausia, diabetes, embarazo y toma continuada de algunos fármacos como los antibióticos. Es preferible para esa zona que el gel de baño o producto de limpieza sea suave para preservar el equilibrio de la flora bacteriana , el PH natural de la piel. No debería llevar alcohol, perfumes ni agentes desodorantes como tales. Para ir de viaje, cuando no estamos en casa, las toallitas son una opción pero no es aconsejable usarlas a diario.

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