Colaboración de Ramón Monegal publicada en la revista Ventas de Perfumería y Cosmética.
Estoy viviendo el confinamiento en mi casa donde tuve la suerte, en un momento de lucidez, de haber instalado mi laboratorio de composición. Quiere decir esto que no he dejado de trabajar. Estoy trabajando, codo con codo con mi hija Laura que me acompaña en esta situación tan atípica, en búsqueda de nuevos y “arriesgados” acordes sin presión alguna ni de tiempo ni de compromiso, es decir que lo hacemos por puro placer y diversión, como todos aquellos que hoy experimentan en la cocina, porque ahora tienen tiempo de sobras y además obtienen placer con el resultado. Aprovecho su periodo de formación para poner en práctica una forma de aprendizaje práctico más original, ameno y eficaz que he ideado en contraposición a las tediosas e interminables formaciones clásicas basadas en la memorización olfativa de cientos o miles de ingredientes que después en la práctica a lo peor no llegas a utilizar nunca.
Quizás inspirado en la serie Master Chef Junior, donde la práctica es la herramienta para que el niño llegue al conocimiento del ingrediente, y anteponiendo, de forma algo irresponsable, la intuición propia y libre, a la certidumbre que proporciona la información avasalladora de los grandes perfumes clásicos, propongo un juego básico para empezar, que consiste en buscar ingredientes y componer acordes para definir colores con el olor. Imaginar un color como si se tratase de un perfume, un color que identifica y comunica, un color que sabemos de antemano que trasmite actitud, intención o emoción… Lo más importante es el criterio de base, el criterio que nos facilitará el escoger los ingredientes, un criterio para mezclar y guardar las proporciones o un criterio para evaluar las diferentes combinaciones que vamos imaginando. ¿Un criterio basado en qué? Basado en que el olor que desprende un ser o una cosa es el responsable de su Imagen Olfativa, que aunque sea invisible para nosotros, es una fuente de información que define sus propiedades mediante el olor. Tenemos la suerte que sobre el lenguaje del color se ha escrito mucho, en mi caso me apoyo principalmente en el significado y psicología del color de Max Lüscher y de otros conocedores, es un lenguaje bastante comprobado, donde coinciden muchos, es fácil de entender y asumir incluso para cualquier niño y este es el primer objetivo para simplificar el juego.
Empezamos a trabajar con el color Negro, Black o Noir. El color Negro lo escogí yo porque es uno de los colores con los que mejor me identifico. Lo asociamos según lo aprendido como un color sofisticado, elegante, austero, sensual y eficaz, además de una presencia de fuerza y autoridad, y rodeado finalmente de misterio y nocturnidad. Leído así parece más bien como debería ser siempre, para entenderlo, la definición más básica de un perfume o de la Imagen Olfativa que proyecta su olor, y eso facilita la obra porque ya te has hecho una idea clara de lo que tiene que comunicar. Para visualizar mejor el color, Laura escogió una textura entre mineral, vegetal o animal, se decantó por un cuero brillante de tacto sedoso, que también aporta propiedades. Ahora ya podíamos escoger ingredientes y al mismo tiempo aprovechar el ejercicio de búsqueda por familia de olor y atributos (en este caso cuenta con la ayuda de la lista de mis ingredientes con sus cualidades, valores y propiedades) para memorizar los escogidos y también los descartados con sus índices de volatilidad correspondientes. Así llegamos a seleccionar para proyectar la profundidad de un cuero negro, la sofisticación del ambar gris, la elegancia sedosa de la rosa damascena, la sensualidad del absoluto jazmín Sambac, la austeridad o sencillez de bergamota calabresa, presencia oscura ahumada del alquitrán de abedul y del cade o las raíces de vetyver Bourbon, el misterio, autoridad y poder del oud Assam, la fuerza del cedro del Atlas, el lujo de oro del absoluto de vainas negras de vainilla Bourbon, la eficacia del almizcle tipo tonkines o la nocturnidad y sofisticación del acorde Chipre donde además de bergamota, rosa y ámbar aportaría la firmeza del musgo de encina, la osadía del absoluto de cassis, la seducción del pachuli, la severidad del absoluto de habas tonka…y otros ingredientes del acorde cuero como el absoluto castoreum o civeta, resinoide styrax, IBQ, bálsamo de Tolú, Labdanum ciste, incienso, mirra, opopónaco etc. A partir de esta selección dar olor al color negro se convirtió en un ejercicio relativamente sencillo y divertido, Laura pudo arriesgar por su relativa inconsciencia y yo procuraba enseñar, corregir y ampliar el campo del conocimiento del ingrediente. Lo mejor de todo es que cuando existe un criterio se puede razonar y entender. A decir verdad la experiencia ha sido un regalo para mí y supongo que también para mi hija que ha quedado perpleja de su resultado.
Y quizás del ejercicio de color y olor, educativo pero a la vez experimental y práctico, haya nacido el nuevo perfume de Cuero Negro profundo y misterioso que se unirá a “Mon Cuir” y “Cuirelle”.
Creo que las personas entienden mejor los colores que los olores, los conocen mejor por lo que tienen mayor seguridad y un criterio mejor definido y por esta razón voy a dar una guía que define el color con atributos que pueden servir de pauta con el olor, además propongo algunos de mis ingredientes que por sus valores se pueden asociar a las propiedades del color extraídas principalmente del significado y psicología de los colores de Max Lüscher:
Amarillo. Alegría, felicidad, vitalidad, optimismo, fuerza creativa, luz de sol…lo proyecto con mimosa, tuberosa, vainilla, canela, azafrán…
Naranja. Entusiasmo, éxito, creatividad, energía, actividad, aventura, autoestima, estimulación…con naranja, ylang-ylang, neroli, base de schif, melocotón…
Rojo. Pasión, amor, energía, fuego, fuerza, valor, coraje, peligro, acción…con rosa, clavel, pachuli, clavo de olor, olibanum…
Rosa. Feminidad, amor, juego, inmadurez, estilo, dominio de sí mismo, valentía…con peonia, rosa centifolia, salvia esclarea, fresa…
Azul. Fluidez, inteligencia, eficacia, lógica, estabilidad, armonía, confianza, pureza, sensibilidad, reflexión…y en este caso yo añadiría un significado muy importante en perfumería, el frescor y el agua…con coriandro, sándalo, lavanda, alga, ald ozónicos (calone, helional, melonal, floralozone, adoxal etc.)…
Verde. Naturaleza, armonía, crecimiento, fertilidad, generosidad, paz interior, confianza, libertad, prosperidad…con helecho, geranio, menta, bambú, sándalo…
Marrón. Seriedad, seguridad, calidez, confianza, confort, sabiduría, apoyo, naturaleza, tierra madera y piedra…con vetyver, cacao, abeto, tierra, cedro…
Gris. Neutralidad, sentido común, equilibrio, madurez, intelectual…con angélica, ambreta, hedione, ámbar gris…
Blanco. Pureza, perfección, inocencia, bondad, inmortalidad, humildad…con almizcle, anís, flor de cerezo, coco, tonka…
Podría añadir más colores o haberme extendido como he hecho con el color negro, pero sería excesivo para un solo artículo que lo único que pretende es una aproximación al lenguaje del perfume y su significado a través del color, para mejorar el criterio que otorga el entendimiento en el momento de construir una imagen olfativa con intención, alma y actitud que sea coherente con la imagen visual.