Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Wroclaw, Polonia (Dra. Agnieszka Sorokoszka) ha demostrado que somos capaces de adivinar la personalidad de los demás a través de su olor. Sabemos que el olfato está directamente conectado con el sistema límbico, nuestro cerebro emocional, lugar donde se almacenan las vivencias y los recuerdos asociados a los olores. El perfume con su alquimia nos transmite emociones a través del olfato, por lo que tiene lógica que sintamos empatía por aquellos olores que mejor “conectan” con nosotros.
Mucha gente se pregunta ¿Cuál es mi perfume ideal?, ¿Qué Perfume elegir para cada ocasión?, ¿Puede ser el Perfume un aliado?
En este artículo intentaremos dar respuesta a todas estas preguntas y desvelar las claves del arte de saber perfumarse, tanto para ti misma como para guiar con más acierto a tus clientes.
¿Cuál sería mi perfume ideal?
Hoy en día existen miles de fragancias y cada vez los límites entre las distintas familias olfativas se vuelven más difusos. La tendencia social a la inclusión y la unidad de género se refleja cada vez más en los perfumes. Igualmente, los avances científicos y la obtención de nuevas materias primas marcan modas que contribuyen a tendencias olfativas homogéneas, pero si pensamos en creaciones con espíritu único, es indiscutible que cada familia olfativa tiene su personalidad, que a su vez se corresponde con un estilo y manera de ser. En el libro El Misterio del Perfume, Rita Schnitzer explora la unión entre perfume y personalidad, fuera de modas y tendencias del momento:
Los Cítricos. Para las personalidades discretas y reservadas, lo ideal son los aromas que no llaman la atención, suaves, de notas florales y cítricas frescas. Este tipo de perfume es perfecto también si eres amante del deporte y la vida al aire libre; una personalidad dinámica, casual, natural y fresca, armoniza con fórmulas que sugieren espacios abiertos con olores de cítricos, hojas o césped.
Los Aromáticos y Fougère. Si se tiene un punto aventurero, sed de explorar nuevos lugares y nuevas formas de vivir, los aromas ideales mezclan notas naturales frescas con plantas aromáticas, maderas, musgos y tierra, que aportan dinamismo y energía para escapar de la rutina y vivir emociones.
Los Chipre. Las personalidades libres e independientes se identifican con aromas poco convencionales que denotan carácter, como ocurre con las notas verde, helecho y los acordes chipre. Estos perfumes transmiten fortaleza, dentro un aurea de elegancia y distinción.
Los Florales. Esta familia tiene multitud de matices olfativos. Los perfumes suaves de flores blancas son ideales si se tiene una personalidad romántica y soñadora. Si el carácter es conservador y con cierta sofisticación, las composiciones de flores tradicionales (rosa, tuberosa, ylang…) concuerdan con un estilo clásico que no busca riesgos. Si estamos ante una personalidad comunicativa, divertida y vibrante, las composiciones florales con frutas exóticas y notas dulces son ideales para el optimismo y transmiten una alegría de vivir muy seductora.
Los Amaderados. Esta familia representa tradicionalmente los valores masculinos, otorga fuerza y elegancia a las fragancias cuando predominan las maderas frías, pero también opulencia y sofisticación para un espíritu menos conservador, con notas cálidas como el sándalo o el oud.
Los Orientales. La sensualidad y el misterio son los rasgos principales de las personalidades apasionadas y cautivadoras. Se identifican con perfumes opulentos y envolventes de especias exóticas y notas animales que exhalan pasión y dejan una estela de seducción.
Hay un tipo de fragancia ideal para cada estilo, carácter, aficiones y forma de relacionarnos. El perfume, no solo nos identifica, también comunica y refuerza la seguridad en nosotros mismos; lo ideal, por tanto, es que el tipo de perfume elegido esté en consonancia y refleje nuestra personalidad.
El perfume como aliado
Dado que el perfume acompaña nuestra imagen, influye indiscutiblemente en la primera impresión que causamos en los demás. El olor que trasmitimos se fija en el recuerdo como parte fundamental de nuestra tarjeta de visita, siendo responsable emocional del efecto a “primera vista”.
De modo que… ¡considera al perfume tu aliado! No solo conforma la parte invisible de nuestra personalidad, también nos ayuda a perfilar nuestro “look”. Los expertos en comunicación consideran que el lenguaje no verbal, – el modo en cómo decimos las cosas - supone más del 50% del mensaje que transmitimos. El perfume que utilizamos es parte poderosa del lenguaje no verbal.
El perfume no solo es un aliado en cuanto a comunicación; la ciencia ha demostrado a través de la aromacología, que determinados olores también producen efectos beneficiosos sobre nuestro estado de ánimo y bienestar físico.
Un perfume para cada ocasión
Es importante saber jugar con el perfume según el momento para el que está destinado o elegirlo en sintonía con la emoción que nos acompaña.
Para actividades de deporte, naturaleza y aire libre lo ideal son los aromas frescos que te conectan con la naturaleza; las notas verdes, cítricas, y aromáticas serian el complemento perfecto.
Si hablamos de trabajo conviene llevar aromas discretos, no invasivos que subrayen nuestra personalidad con delicadeza; aromas cítricos, florales suaves, aromáticos y maderas, huyendo de las notas muy marcadas como orientales o gourmand. Para una entrevista de trabajo puede ser interesante recurrir a los aromas Chipre o Fougère que denotan elegancia y seguridad en sí mismo.
Para las ceremonias y eventos de día podemos usar un perfume que esté en armonía con nuestro look, que se haga sentir sin llegar a un tono excesivamente presente. Los aromas muy profundos y envolventes durante las horas del día resultan invasivos, pueden provocar un rechazo olfativo y generar un distanciamiento inconsciente. Para estas ocasiones se sugiere cualquier familia olfativa siempre que no contengan notas excesivamente exóticas, sensuales y opulentas, de modo que el perfume exprese nuestra personalidad, resultando un broche de elegancia final para completar nuestro estilo. Si la ceremonia tiene un componente de ternura, como bautizos y comuniones, lo ideal son los perfumes florales suaves y con matices más empolvados.
Para los eventos nocturnos, los perfumes más seductores, intensos y lujosos nos despiertan los sentidos y la sensualidad, siendo los aliados que con más fuerza acompañan los momentos de magia y diversión…Se trata de las familias orientales y gourmand y las derivaciones de otras familias con carga de resinas, bálsamos, especias y notas animales.
Tan importante es saber elegir el estilo de perfume para cada ocasión, como la intensidad de la fragancia. Algunas firmas ofrecen varias versiones y concentraciones, para poder adaptarse precisamente a un adecuado protocolo del Perfume. Desde las aguas más frescas, Eau Fraîche, a las más intensas, como el Eau de Parfum y los Extractos, podemos disfrutar de los diferentes matices de nuestra fragancia, intensificados para acompañar cada momento de forma magistral.
Asimismo, es importante elegir diferentes perfumes para cada estación, lo ideal es envolverse de calidez durante el invierno y refrescarse con aromas cítricos y chispeantes en el verano.
Cómo Perfumarse
Perfumarse no es solo un placer para uno mismo, hay un protocolo no escrito del perfume, la clave de la elegancia es encontrar la dosis adecuada para desplegar la estela (sillage: distancia a la que se puede oler un perfume) que nos envuelve en una nube y camina con nosotros respetando el olfato ajeno, invitando a la aproximación para el descubrimiento de nuestro aroma.
Es interesante saber cómo aplicar el perfume para mejorar su correcta evolución y garantizar la permanencia. Revisamos algunos tips para un buen uso:
- Debe aplicarse sobre el cuerpo desnudo. Cuanto más limpia está la piel mejor se comporta el aroma de cualquier fragancia. Se aplica siempre antes de vestirte y nunca sobre las joyas.
- Para aumentar la permanencia y la intensidad, perfumar las áreas del cuerpo que presentan una temperatura corporal más elevada, donde late el pulso: cuello, escote, nuca, detrás de las orejas, codo, muñeca, la corva de la rodilla y tobillo. El cabello limpio es un excelente difusor del aroma, para evitar resecarlo por el alcohol, utilizar productos específicos como las brumas.
- Cuando se aplique el perfume no frotar, es mejor dejar que se funda y se fije por sí solo, así el olor no se disipará tan rápidamente.
- Si desea perfumar el tejido lo ideal es pulverizar a distancia y en la parte interior para evitar las manchas. Los tejidos naturales -como la lana y la seda- son los que mejor se comportan con el perfume.
- Evitar aplicarlo en exceso y se conseguirá una estela adecuada a su concentración.
- A ser posible usar los derivados perfumados de la gama (gel, emulsión, aceite), no solo prolongan la duración del aroma, también evitan la superposición de otros olores que desvirtúan el perfume original.
- Nunca aplicar antes de exponerse al sol, algunos componentes aromáticos son fotosensibles y pueden pigmentar la piel.