Pere Albert es licenciado en Máquinas Navales por la Facultad de Náutica de Barcelona (UPC). Sus estudios lo prepararon para ser marino mercante y para gestionar el mantenimiento de plantas industriales o centrales nucleares, entre otros. Sin embargo, su carrera profesional acabó redirigiéndose hacia el negocio familiar, donde comenzó en 1998. Allí pasó por diversos departamento; producción, calidad, ventas exportación, hasta alcanzar la dirección general.
Su empresa siempre ha sido familiar.
Alglass, que antes tuvo otros nombres, comenzó como una fábrica exclusivamente de vidrio semiautomática a mediados de los 60 con mi abuelo, mi padre y otros socios. Se percataron de que el mercado demandaba otros tipos de productos y de servicios y se creó una oficina comercial, que se ha ido expandiendo, para ofrecer soluciones a las necesidades específicas de nuestros clientes.
Alglass ofrece un servicio integral a sus clientes. ¿Puede detallarnos en qué consiste?
Tenemos un catálogo muy amplio de productos, pero nos caracterizamos por ser un poco el “sastre” a medida. Los clientes vienen con un concepto, que puede ser una idea muy clara o algo más vago, y nosotros les ofrecemos un envase con acabados, decoración, bombas, etc. Menos el contenido y la caja, lo demás se lo proporcionamos nosotros. Podemos partir de un estándar o hacerlo todo personalizado desde cero.
¿Cuál es su cifra de negocio?
Actualmente, nos movemos alrededor de los 4,5 millones de euros, de los cuales un 65% corresponden a ventas en el mercado nacional y un 35% al mercado exterior.
¿Y su posicionamiento en España?
En semiautomática somos los líderes en España. En cuanto a proveedores de packaging, donde hay una competencia más feroz, estaríamos posicionados entre las cinco primeras empresas del país.
¿Quiénes son los principales clientes de la compañía?
Somos proveedores de las principales firmas nacionales e internacionales, pero a la vez, también trabajamos para pequeñas empresas. Tenemos un catálogo muy amplio de productos y podemos dar servicio a todo tipo de clientes.
¿Qué dificultades se encuentran durante el proceso creativo?
Actualmente, la mayoría de los diseños se realizan por ordenador y en la pantalla todo se aguanta y todo es realizable, pero la realidad es otra. El trabajo principal es derivar este diseño a la producción en vidrio, es decir, hacer el proyecto factible, intentando modificar lo menos posible la idea inicial del cliente.
¿Y cómo conjugan la visión del cliente con la realidad a nivel de fabricación?
A veces es complicado pero hay que buscar un equilibrio entre los dos. En un proyecto concreto, nos encontramos con un envase que al principio pensamos que no era realizable, pero gracias a la tozudez del cliente junto con la capacidad creativa de nuestros técnicos, conseguimos desarrollar una máquina especial para fabricar el envase que el cliente nos pedía. Sí es cierto que hay cosas en vidrio imposibles de hacer y el cliente lo desconoce. Hay que tener en cuenta que el vidrio es un material maleable hasta cierto punto y que existen unas leyes físicas y químicas que lo rigen.
¿Qué diferencia hay entre el mercado de las fragancias y el de la cosmética a la hora de desarrollar un proyecto?
El mercado de la cosmética es más estable. Así como con el sector de la perfumería funcionamos en base a picos de ventas -es bastante frecuente las empresas que realizan un solo proyecto y luego desaparecen-, en cosmética no hay este carácter tan efímero. Si un cliente nos realiza un pedido, por muy pequeño que sea, lo más probable es que como mínimo continúe comprando lo mismo cada año sino es que nos lo aumenta. El mercado de la cosmética nos ha aportado estabilidad, también a raíz del boom de las marcas blancas.
Las últimas tendencias son “verdes” y comprometidas con el medioambiente. ¿Cómo afecta esta nueva forma de pensar a los productos de Alglass? ¿Han diseñado alguna estrategia concreta?
Nosotros, como fabricantes siempre hemos reciclado nuestro propio vidrio.
Como distribuidores de SGD a nivel nacional, ofrecemos una serie de envases estándares fabricados con vidrio 100% reciclado. Cada vez tenemos más demanda. Los clientes quieren conseguir certificaciones de este tipo de cara a aumentar las ventas, por publicidad, para posicionarse, etc. Actualmente, esta tendencia vende.
Aparte de esta preferencia ecológica, ¿hay algún marcador de moda, actualmente?
El frasco es lo que el diseñador gesta en su cabeza y traspasa al ordenador. Hay formas con líneas muy rectas. Antes, los creadores eran los artistas que hacían esculturas; hoy en día, con la informática todo se parece bastante. Cambia la decoración o el tapón, pero son envases muy similares. En cuanto a tendencia de diseño, no hay una concreta. Los frascos que más vendemos son dos estándares de los más antiguos que tenemos.
¿Qué opina de la situación del mercado actual en España? ¿Les ha afectado la crisis de alguna manera? ¿Hacia dónde cree que se dirige el sector?
La situación evidentemente no es buena. Está siendo un periodo bastante duro. Lo hemos notado todos. Lo que hemos intentado ha sido protegernos, reducir al mínimo los costes fijos para evitar el máximo posible los efectos de la crisis. Una vez pasado lo peor esperamos invertir en nuevos estándares.
En el sector de la cosmética hace tiempo que se habla mucho de las marcas blancas. Debido a la crisis se ha acentuado mucho más la demanda. Todo el mundo está intentando captar a la gran superficie que vende marcas de distribuidor, que busca fabricantes que les suministre el producto.
¿Cuáles son sus proyectos de futuro?
El futuro de la empresa pasa por desarrollar nuevas líneas y nuevos proyectos, y por exportar; queremos llegar a un 60-70%. VPC
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