La firma Sisley acaba de dar el salto a la cosmética de tratamiento del cabello lanzando una nueva marca: Hair Rituel by Sisley. Del porqué de este lanzamiento y de las características de los productos de la nueva marca hemos hablado ampliamente con el Director Científico de la firma, José Ginestar.
¿Por qué Sisley ha dado el salto del tratamiento de la piel, a la belleza del cabello?
Hasta ahora teníamos los 3 segmentos: cuidado facial, maquillaje y perfume. Y vimos la oportunidad de introducirnos en el área capilar, que es el cuarto segmento, para tener una cosmética total. Aprovechamos todos los conocimientos que tenemos en piel para poder transferirlos a tratamiento capilar. Hay muchas cosas que se pueden hacer en este segmento. No solo el aspecto de belleza, de tratamiento superficial, si no ir un poco más allá.
Sabemos que lleva 5 años trabajando en la nueva marca, ¿cuál ha sido la principal dificultad que le ha supuesto la creación de estos nuevos productos capilares?
Han sido dos. La primera, darnos cuenta de que los elementos vegetales que teníamos en la muestroteca podían ser también eficaces en tratamiento profundo del cabello y ser capaces de transportar estos principios activos de la piel al cabello. Pero el problema fundamental ha sido obtener texturas que fuesen agradables porque, cuánto más efectivo quieres ser, más activos hay en el producto. Y los activos no van en la misma dirección que el placer de utilización, de las texturas. Ese ha sido el reto más difícil. Por eso hemos trabajado mucho en colaboración con peluquero. Ellos nos han ido orientando sobre cómo encontrar ese equilibrio para lograr productos que además de eficaces den ganas de utilizarlos. No hay que olvidar que estamos hablando de cosmética y la cosmética es eficacia, es inocuidad, pero también ha de ser placentera.
¿Qué aportan de nuevo a lo ya existente en el mercado?
Principalmente, una verdadera gama de tratamiento. No hablo de las demás marcas porque les tengo muchísimo respeto. Aquí, lo que hemos hecho, es lo que hace siempre Sisley: trabajar con todo el corazón, con toda la humildad y el conocimiento para poder aportar un tratamiento tan eficaz como placentero. Esta línea no trata el cabello solo a nivel superficial, trabaja en profundidad, no solo a corto plazo, que es muy sencillo de obtener, es un tratamiento a largo plazo y esa es, para mí, una de las diferencias y una de las bases de Sisley, “l’approche global”. Lo que hace Sisley en cuidado facial es lo que hemos querido trasladar al cuidado capilar.
Estamos hablando de productos específicos de tratamiento capilar.
Efectivamente. Incluso los champús no son simples champús que limpian. Son champús de tratamiento que te van a aportar flexibilidad, resistencia, luminosidad…no solo respecto a la fibra capilar, también al cuero cabelludo. La mascarilla, por ejemplo, no solo la aplicas, además, masajeas el cuero cabelludo. Estamos aportando principios activos que van a actuar a más largo plazo y el efecto a corto plazo lo tienes en el momento en que te enjuagas la mascarilla que tienes un pelo mucho más sano. Pero en realidad, lo que hay que hacer, es trabajar la base, la raíz.
¿Por qué no tienen la categorización clásica: cabello seco, graso, normal…?¿Qué les ha impulsado a hacer un planteamiento “global” del tratamiento capilar?
Es una línea generalista, nos hemos centrado en la regeneración del entorno capilar para aumentar la resistencia del cabello y que esté mucho más sano. No hemos entrado, por el momento, en lo que son los problemas de un cabello graso, ni en lo que es caspa o prurito o otros problemas capilares, pero repito, por el momento. Hemos querido asentar nuestra legitimidad en este terreno con productos que tienen un resultado mucho más general. Y luego, si es el caso, iremos hacia productos mucho más concretos.
Así, ¿hay una clara intención de que la línea, que ahora es de 6 productos, crezca?
Efectivamente, estamos ya trabajando en productos que se lanzarán en 2020-2021. Lo de 2018-19 está ya todo cerrado, con test clínicos y esperamos seguir sorprendiendo con esta nueva marca.
Todavía nadie ha encontrado la fórmula contra la alopecia o las canas, ¿cree que eso va para largo?
Sí, va para largo. Nosotros trabajamos mucho en modelos de laboratorio. Y el gran fracaso que tenemos hasta ahora es que cuando lo trasladamos al modelo humano, mucho más complejo, llegamos a frenar, que ya es algo muy importante, la aparición de canas o lo que es la alopecia. Pero lo que sería verdaderamente revolucionario es que un cabello blanco pueda retomar otra vez su color, con la melanina, el poder vencer este problema de transferencia de melanina del melanocito al queratinocito eso sería extraordinario. Y en la alopecia lo mismo. Frenar la caída está muy bien pero genial sería que el cabello volviese a salir. Y eso es lo que todos los laboratorios llevamos muchos años investigando. E incluso ha habido líneas de investigación de por qué el cabello blanco no cae. La relación que hay entre el problema de la melanina y la caída del cabello. Ahí estamos, lo estamos trabajando.
Es una línea unisex, ¿ha supuesto una dificultad adicional?
Uno de los grandes retos ha sido el perfume. No hay muchas notas olfativas que puedan caber en ese universo unisex. El perfume es muy dicotómico o hombre o mujer y lo vemos en lo que son las fragancias alcohólicas, hay muy pocos perfumes que sean unisex. Nosotros lo hemos hecho con la fragancia de esta nueva marca.
El lanzamiento de la marca se avanzó en EEUU, ¿cómo ha ido?
Ha sido un lanzamiento frontal pero en EEUU se avanzó un poco por motivos comerciales y está funcionando muy bien. La mascarilla es uno de los productos más vendidos, junto al champú voluminizador. Para valorar los resultados del sérum tenemos que esperar porque es un tratamiento de tres meses.
Son productos caros, hablamos de un champú que cuesta de 60 euros para arriba.
Es un reto. Igual que las cremas Sisley. Nuestros productos tienen un coste determinado pero no productos que se compran solo una vez. Si lo utilizo y el dinero que he gastado me compensa por lo que obtengo, repito.
En cuanto al resto de productos de la firma, la línea de investigación de Sisley se caracteriza por la búsqueda de nuevos activos y plantas, ¿siguen interesados por las algas?
Sí. De hecho, hace unas pocas semanas, me desplacé a la Bretaña francesa para poder colaborar con un instituto francés muy importante que trabaja precisamente todo el tema de las algas, incluso su cultivo y las microalgas que tienen mucho que decir en todo lo que es el microbioma. Es algo que está muy en boga en cosmética.
En un mundo cada vez más global ¿puede hacerse una cosmética también global o hay muchas diferencias entre el producto que precisa una piel caucásica o una asiática, por ejemplo?
Se puede globalizar a nivel de eficacia porque la respuesta metabólica de una piel asiática, caucásica o africana son muy similares. Las grandes diferencias se encuentran en las texturas. Es decir, una piel africana necesita un producto mucho más nutritivo, mucho más graso, incluso en el cabello, porque el cabello africano es mucho más fino. Una piel asiática necesita texturas mucho más ligeras porque tienen tendencia a ser un poquito más brillantes, más grasas. De forma global, estoy generalizando. Y toda la etnia caucásica es más central, está un poco a caballo entre las dos anteriores. El problema principal es con una sola fórmula gustar y acertar con las tres grandes etnias, sin hablar ya de mestizos o mulatos. El problema, como ya he dicho antes, no es la eficacia, porque la respuesta va a ser la misma, es la textura.
Además hay diferencias culturales importantes, la mujer asiática es capaz de dedicar a su ritual de belleza hasta una hora y media de su tiempo, cosa que aquí es impensable.
La mujer asiática utiliza un ritual multi capas y se puede aplicar entre 7 y 11 productos, pero utilizando muy poca cantidad del mismo, trabajándolo mucho. Mientras que una mujer caucásica o africana utiliza solo 1 o 2 productos pero en mayor cantidad. Son culturas muy diferentes.
En su última entrevista con VPC nos comentaba que la investigación cosmética en España estaba en un periodo de letargo, ¿seguimos en él?
Lo veo más de lejos. Hoy en día la investigación es muy importante en Corea y China, y algo menos en EEUU. En Francia y Alemania, pero sobre todo en Francia, es donde se produce la mayor inversión en investigación porque aquí estamos hablando de inversión no de talento. En España falta financiación y ese es el gran problema. Es un tema económico.
¿Cuál de los últimos avances en investigación cosmética ha captado más su atención y por qué?
Ahora mismo, todo lo relativo al microbioma, la segunda barrera que tenemos para respetar nuestra piel. Nos estamos dando cuenta que los millones de microorganismos que están en la superficie de nuestra piel se comunican entre ellos y que tenemos que mantener un equilibrio. Es lo mismo que pasa a nivel intestinal. Con el microbioma y con todo el tapiz de microorganismos que son súper importantes para la regulación del sistema digestivo, de los elementos de absorción. La relación que hay con ese desequilibrio y ciertas enfermedades lo estamos transfiriendo a lo que es la piel y nos damos cuenta que hay una serie de microorganismos que son comensales, que necesitan un cierto equilibrio para tener una piel sana. Se trata ahora de hacer un maping para reconocer cada uno de ellos y poder hacer que crezcan en el equilibrio correcto. Ésta es la línea de investigación que actualmente me interesa más y con la que nosotros y muchos otros, estamos trabajando.
¿Cuál cree que es el mayor reto que debe afrontar la investigación cosmética en los próximos años?
Revertir los efectos del envejecimiento, sus signos externos. No solo frenar la caída del cabello, o la aparición de canas… o una arruga profunda. Revertir ese proceso. Y eso es algo realmente complicado por eso lo que hacemos es incidir en la prevención. La mejor forma de retardar todos los signos externos del envejecimiento.
¿Es cierto que al consumidor le empieza a preocupar más la flaccidez que las arrugas?
Es exactamente eso. La perdida de firmeza provoca que caiga nuestra estructura facial y a partir de ahí aparecen arrugas, manchas…
En qué sentido es mejor la cosmética de hoy en día que la de hace 20 años.
La cosmética se ha vuelto mucho más técnica, más eficaz. Cuando empecé, hace ya muchos años, eran cremas hidratantes, anti-arrugas pero no tenían ni el nivel técnico ni el de investigación, ni las inversiones que se hacen hoy en día. Hemos mejorado mucho en eficacia y también en el conocimiento de la interacción entre los productos y la piel, con todo lo que supone a nivel de seguridad para el consumidor.
SOBRE JOSÉ GINESTAR
Licenciado en Farmacia, José Ginestar comenzó su carrera profesional en Berioska como Director Técnico. En 1994 se integró en el Grupo Pierre Fabre en calidad de Responsable de I+D de productos de higiene y solares. En 2012 es nombrado Director de I+D en Laboratorios Clarins. Trabajo que pasó a realizar en Antonio Puig cuatro años más tarde. Desde 2010 es Director Científico en Sisley.