¿Con qué aroma definiría su infancia?
Mi infancia está definida por el olor del jazmín, por esas noches en las que el jazmín se abría e inundaba de olor las calles. Las rosas y los geranios también. Junto con los jazmines son las flores que solía tener en el jardín de mi casa y las que ayudaba a mi abuela a regar.
¿A qué huele la ciudad donde vive?
Vengo del Delta del Ebro, y este huele a brisa de mar, a los arrozales, huele a sal y a los narcisos que crecen de forma espontánea entre los arrozales, a lirios de agua, a salicornia, a algas… Un combo de notas que recuerdan al Mediterráneo, a brisa a pureza.
¿Qué le impulsó a ser nariz?
Empezó casi como una obsesión hasta convertirse en mi trabajo. Coleccionaba perfumes, y a los 17, cuando tuve que emprender mi carrera profesional, me di cuenta de que todo lo que desprendía olor me llamaba la atención. Descifrar el mensaje de las moléculas efímeras que hay en el aire era lo que quería hacer. Es mi estilo de vivir.
¿Cree que es un oficio con futuro? ¿La IA podrá llegar a crear alta perfumería?
Creo que se ha llegado a crear narices electrónicas, pero sin éxito. Si bien es cierto que la ciencia avanza a pasos agigantados, sinceramente creo que el olfato es un don innato, que todavía no se sabe muy bien cómo funciona, y que el gusto y creatividad es inherente a uno mismo. Aún estamos lejos de poder crear perfumes de manera electrónica.
Si la creación de un perfume es un arte, ¿con qué otro artista, quizás de otra disciplina, le gustaría colaborar?
Yo diría que considero que la perfumería es un arte como la creación de un vino. De hecho, ya he colaborado con el artista Arturo Fernández. Juntos hemos creado un vino que se llama La Punxeta, un vino de garnacha blanca, de la DO Terra Alta, de la zona de donde vengo y de donde me he criado.
Mencione un clásico que usted considere un referente o su referente.
El Brut de Fabergé. Se lanzó en el 1968. Esta estructura fougère masculina ha sido tendencia desde las fragancias clásicas hasta en las más contemporáneas. La estructura fougère no ha dejado de ser protagonista en todas las fragancias masculinas, por lo tanto, para mí es el gran clásico o la estructura estrella que hace que la perfumería masculina nos siga sorprendiendo.
¿Por qué es una buena estrategia consolidar las fragancias clásicas?
Porque son fuente de inspiración, son estructuras, que llamamos acordes en perfumería, que se reinventan continuamente y que siguen enamorando.
¿Qué perfume de los lanzados en 2019 ha captado su atención y por qué?
No me gustaría quedarme con uno en concreto, sino con una tendencia en perfumería que sigue captando los públicos femeninos más jóvenes. Son los perfumes femeninos floral-oriental y los nuevos fougères con adiciones gourmand tan importantes que hacen que el público quede enganchado completamente.
¿El interés por la sostenibilidad y la ecología marcará las nuevas tendencias en creación de perfumes?
Yo supongo que sí. Buscamos el equilibro para cuidar mejor el medio ambiente, pero eso no significa que se usen solo ingredientes naturales, dado que el impacto en el ecosistema muchas veces es mayor que con el uso de moléculas sintéticas o de laboratorio. Sin embargo, implica un pacto de compromiso social, dado que con cada gota de aceite esencial ayudamos a familias a tener una vida mejor.
¿Cuál cree que será el ingrediente más destacado de 2020?
Para mis creaciones será la inclusión de nuevas notas verdes, saladas y algas. Y como tendencia la evocación de la naturaleza. Buscar la inspiración en la naturaleza tal y como hacía Blossfeldt en sus fotografías con flores y plantas casi geométricas. Hoy LOEWE se inspira en lo natural y desde la marca tratamos de volver a estar en contacto con la naturaleza.
¿Qué fragancia lleva puesta ahora mismo?
Llevo diferentes fragancias en diferentes partes del cuerpo: brazos, muñecas, cuello… dado que son pruebas de laboratorio para seguir su senda olfativa, sus notas de cabeza, su estela… Es difícil que use solo un perfume concreto, dado que son cientos las pruebas olfativas a diario que tengo que testar para seguir su interpretación. No puedo tener uno favorito. Para mí el perfume es mi trabajo, es inspiración. El momento en el que vivo cada una de ellas.
