¿Ha cambiado mucho el mundo del diseño desde que abrió su estudio, Ciclus, en 2001?
Sí, muchísimo, ahora somos cada vez más estudios y diseñadores que estamos comprometidos con nuestro entorno a la hora de diseñar. En 2001, era una de las pocas que diseñaba teniendo en cuenta el pensamiento circular. De hecho, este concepto no existía de manera formal, tampoco existían las palabras ecodiseño y sostenibilidad. Los pocos que hablaban del tema, hablaban de reciclaje. Hoy sabemos que el reciclaje no es la solución. La premisa principal de la sostenibilidad es REDUCIR: hacer lo máximo con lo mínimo, optando siempre que sea posible por materiales y procesos de producción locales, certificados y no contaminantes.
El eslogan de Ciclus es “Diseño con alma”, ¿puede trabajar en el diseño de un proyecto que no la enamore?
Al principio de mi carrera trabajaba por cuenta ajena, en agencias de publicidad y diseño. Trabajé en muchos proyectos que no me enamoraban, incluso para marcas y productos en los que no creía, que añadían mucha información falsa a su producto. Era un momento en que se hacía de todo y los consumidores no cuestionaban nada. En esa época, ya vivía mi día a día de forma ecológica, sobretodo a través de la alimentación. La consciencia hacía la alimentación, me llevó a una consciencia más amplia y a una vida más sostenible. El cuestionamiento ético de mi profesión me llevó al ecodiseño y a crear mi propio estudio de diseño, Ciclus, basado en el pensamiento circular, un reflejo de mi forma de vivir. En Ciclus voy más allá de la sostenibilidad. Fusiono creatividad y emoción para crear diseños únicos, respetuosos y sensoriales. Desde entonces, atraigo solamente a clientes que conectan con mi filosofía y proyectos que me enamoran. Esto es la clave para crear diseños con alma.
Tiene suerte, su filosofía de generar el máximo impacto sensorial con el mínimo impacto ambiental está de máxima actualidad. ¿Pero realmente cree que la sostenibilidad ya es mucho más que una tendencia?
No fue suerte, tenía esta visión muy clara desde hacía años y estaba segura que este era el camino a seguir. Al principio hice un gran esfuerzo para ser entendida, para aclarar este tipo de pensamiento natural y respetuoso. Pero, afortunadamente, ahora todo es más fácil porque somos más personas pensando así y porque los nuevos consumidores son más conscientes y demandan este respeto. También sabemos que llegamos al límite y si no actuamos todos, ponemos en riesgo nuestras vidas, nuestro bienestar. Así que no hay otro camino a seguir que no sea este. Pero esto no viene de ahora, Victor Papanek, en los años 60, ya hablaba de la responsabilidad que tenemos todos los creativos en relación con nuestro entorno. También hay una estadística del Design Council de 1991 que habla de que el 80% del impacto ambiental se reduce en la fase inicial, que es la fase del diseño. Así que los diseñadores, o cualquier persona que materializa ideas, somos agentes del cambio. Hace mucho que sabemos que la sostenibilidad no es una tendencia y sí nuestro camino natural. Debería ser natural pensar de forma circular porque la naturaleza es cíclica y nosotros formamos parte de ella. Somos naturaleza. Pensar de forma circular es la única forma de cuidar nuestro entorno y, consecuentemente, a nosotros mismos. Además, ecología y economía son aliados. Cuando hacemos ecología hacemos economía porque reducimos recursos naturales: agua, energía, materiales, transporte…, por lo tanto, reducimos costes. ¿Aún quedan dudas de que este es el camino?
Hay voces que opinan que dentro de esta tendencia hacia la sostenibilidad hay mucho del denominado greenwashing, ¿qué opina al respecto?
El greenwashing existe porque muchas empresas, sobretodo al principio, pensando que la sostenibilidad era solo una tendencia, empezaron a “vestirse de verde”. Es decir, no adoptaban un pensamiento circular y ético como tal. Cambiaban solamente el material de su producto por uno “más reciclado” y se vendían como ecológicos. Pero la fachada verde no se sostiene por mucho tiempo, y aún más ahora que los consumidores son mucho más conscientes y exigentes. El “greenwashing” sigue existiendo, pero los nuevos consumidores lo detectan enseguida y esto genera muy mala imagen a la empresa o marca.
Sus diseños son reconocidos a nivel mundial y ha recibido numerosos premios internacionales, en su opinión, en la actualidad, ¿dónde se está produciendo el diseño más puntero, más innovador?
Para mí los japoneses siempre han sido una referencia de cultura que implementa el respeto en todo que hacen, con mucha elegancia y simplicidad. Logran hacer lo máximo con lo mínimo. Además, saben fusionar muy bien la tradición, la naturaleza y la tecnología punta para llegar a diseños inteligentes, innovadores y sencillos, pero llenos de delicadeza y sensibilidad. Soy fan de los diseños de Sato Oki, fundador de Nendo y de la joven diseñadora Nao Tamura.
¿Qué condiciones debe cumplir un diseño para ser un buen diseño?
Un diseño debe ser circular, pero esto no es suficiente. Es importante que también sea funcional y muy bello. Así es la naturaleza y así debe ser todo lo que materializamos en este mundo. En la naturaleza no existen contenedores de basura, todo es cíclico. Además, no hay nada que no tenga una función: sus colores y sus formas tienen un porqué de ser así. A la vez, todo es extremamente bello. La belleza es fundamental porque emociona y nos impregna de armonía. Estoy muy comprometida con difundir la idea del diseño circular a través de todos los medios a mi alcance. Por ejemplo, ahora estoy dando un curso en domestica.org, sobre “Introducción al packaging ecológico” y veo que está generando mucho interés.
¿Hay algún producto cosmético o fragancia, marca… de la que le gustaría especialmente encargarse del diseño?
Todas las marcas de cosméticas éticas y ecológicas me atraen y me inspiran, sobretodo si hay un concepto más allá del ecológico. De hecho, ahora mismo estoy diseñando el packaging para una nueva marca de cosméticos orgánicos en Estados Unidos donde sus fórmulas potencian el valor femenino. Es un proyecto muy bonito.
¿Hacia dónde cree que se dirigirán las tendencias del diseño en los próximos 5 años?
El diseño será cada vez más responsable. Estaremos más preocupados con la calidad del diseño. Diseñaremos menos y mejor. Cuestionaremos si realmente es necesario este o aquel producto para el mundo. También estaremos más atentos a nuestro entorno, a tener la naturaleza como nuestro gran maestro. Diseñaremos de forma circular, funcional y bella, como la naturaleza.