Ómicron ha supuesto un nuevo obstáculo, otro más, a la recuperación de la actividad económica paralela a la progresiva vuelta a la normalidad, más si cabe dada su coincidencia en el tiempo con la campaña de Navidad, con un valor estratégico clave para sectores como el de la perfumería y la cosmética. Como explican desde Stanpa, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética, tanto perfumes como maquillaje, con volúmenes de negocio del 16% y el 7%, respectivamente, fluctúan a la par que el nivel de actividad social, al estar estrechamente vinculadas con las relaciones personales y la mejora en el bienestar del consumidor, algo que queda patente dada la correlación entre la evolución de la pandemia y los índices de venta de estos productos. Por eso, que las perspectivas de cierre de año apuntalen la recuperación del sector puede interpretarse tanto en clave de recompensa al esfuerzo realizado, como de recuperación del optimismo en el sentir general.