Más de medio millón de españoles homenajean a sus madres el Día de la Madre regalándoles un perfume. Según datos de la consultora NPD para Stanpa, las dos semanas previas a esta festividad, las ventas de perfumes de lujo se multiplican por tres, suponiendo el 5% del total anual. Los españoles dedican una media de 50€ a la compra del perfume favorito de sus madres, lo que significa que confían en el valor y expertise que aportan las firmas.
Hoy la investigación científica permite que muchos de los aceites esenciales que constituyen la base de un perfume se produzcan de forma artificial en un laboratorio mediante moléculas de olor, pero las marcas más exclusivas siguen utilizando ingredientes de origen natural, como las flores y plantas más selectas. “Para conseguir un kilo absoluto de jazmín o de rosa se precisan nada menos que de 2 a 4 toneladas de flores” -añade Val Díez, Directora General de Stanpa-. “Hablamos de un trabajo de creación e investigación que puede durar más de dos años”.
Del total de las ventas de estos días, 100.000 unidades se realizan en formatos especiales tipo estuche de regalo. Casi el 50% de estos formatos suele ir acompañado de un producto de la línea de baño del mismo perfume para mantener la fragancia en el cuerpo, si bien la tendencia actual ha sido incluir una mini talla o un pequeño vaporizador de bolso.
El perfume se considera uno de los complementos irremplazables que contribuye a reforzar la personalidad de la persona. El equilibrio del aroma a lo largo del tiempo y su permanencia son retos complejos que solo materias primas de máxima calidad y los altos y sofisticados estándares de tratamiento implantados por la industria del perfume pueden garantizar. Un perfumista trabaja con cerca de 600 extractos naturales diferentes y más de 4.000 sustancias. Al año puede llegar a analizar más de 2.000 nuevas moléculas mediante rigurosos estudios y análisis de los cuales sólo se aprueban entre cuatro y seis ingredientes únicos.
La creación de un perfume es un proceso minucioso y cuidado, lleno de conocimiento y creatividad. Como señala el perfumista Alberto Morillas “la fórmula de un perfume es como una frase, existen cientos de ellas maravillosas. Al igual que un escritor, cuando un perfumista pone emoción en su trabajo, el resultado puede hacer que tu corazón dé un vuelco”.