La única categoría que aumenta sus ventas en volumen y valor es la coloración; en el caso contrario, con cifras negativas, se encuentra la fijación.
RESULTADOS DESIGUALES
Entre los productos capilares, encontramos el champú, el producto base en el proceso de lavado de cabello. Su función es cuidar el cabello, limpiándolo de suciedad, la grasa formada por las glándulas sebáceas, las escamas de piel y las partículas contaminantes que se acumulan gradualmente. A pesar de ser considerado como un producto imprescindible y acaparar las cifras más altas (ver tabla con datos de SymphonyIRI Group), las ventas en valor disminuyen, aunque en volumen se mantienen, concluyendo que si bien el consumidor continúa comprando la misma cantidad de champú, se decanta por referencias más baratas o reduce su frecuencia de compra. Todos los segmentos de champú bajan sus ventas en volumen y valor, excepto el champú familiar, que las ve aumentar.
Coloración se alza, por ahora, con las cifras más positivas: sus ventas aumentan tanto en volumen como en valor. Por un lado las nuevas formulaciones e ingredientes permiten una mayor naturalidad en la coloración del cabello y, por otro, muchas marcas ya usan acondicionadores para reparar y proteger el cabello durante su coloración, minimizando los riesgos. Los consumidores siguen confiando en los tintes permanentes, ya que las ventas más elevadas se llevan a cabo en este segmento; los tintes tono sobre tono se mantienen, aproximadamente, de un periodo a otro, pero los no permanentes reducen sus ventas en valor, aunque mantienen su número de unidades vendidas.
En el extremo opuesto encontramos la categoría de fijación, ya que sus ventas disminuyen en volumen y valor. La laca mantiene sus ventas en ambos casos, pero el gel y la gomina las ven reducidas. La espuma, y la cera y el agua de peinado gozan de cifras similares en unidades vendidas de un periodo a otro, aunque sus ventas en valor bajan.
Las tendencias en el campo de la fijación son, entre otras, la resistencia a los ambientes húmedos, el efecto mojado y el control del cabello rizado u ondulado, así como, por supuesto, unos resultados invisibles y duraderos.
Los productos de tratamiento actúan frente alteraciones concretas como, por ejemplo, la caída del cabello, la falta de brillo, la caspa, las puntas abiertas, etc. El consumidor puede cambiar uno por otro dependiendo del problema o, también, para mejorar algún aspecto de su cabello. Las lociones capilares aumentan las unidades vendidas y mantienen sus cifras en valor. Los acondicionadores también incrementan sus ventas en volumen, pero éstas disminuyen, ligeramente, en valor.
CONCLUSIÓN
La disparidad de números, incrementos y disminuciones complica la tarea de extraer una conclusión global sobre el mercado de productos capilares. Sí podemos hacer afirmaciones más concretas como la corroboración del difícil periodo por el que atraviesa la categoría de fijación, que ya lleva dos periodos tendiendo a la baja.
En 2009, las ventas bajaban, sobre todo en el oeste de Europa, cuando en 2008 se gozaba de un crecimiento global. La crisis económica continúa haciendo estragos en el sector, incrementados por algunas acciones propiciadas por esta situación como, por ejemplo, agresivas promociones de precios. VPC
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