Según la EPA del tercer trimestre que recoge el análisis de Randstad Reserch, el 10,3% de los trabajadores ocupados, un total de 1,98 millones de personas, teletrabajaron desde sus domicilios. Esta cifra fue significativamente inferior a la medida en el segundo trimestre, en el que 3,01 millones de personas teletrabajaron más de la mitad de los días. El descenso trimestral es consecuencia de que en determinados sectores y regiones la actividad laboral se ha podido desarrollar de manera más normalizada durante el tercer trimestre y el recurso al teletrabajo no ha sido una solución tan necesaria para poder mantener la actividad.
No obstante, el nivel de teletrabajo ha seguido siendo notablemente superior al que se medía en el año 2019, en el que solo el 4,81% de los ocupados teletrabajaban. Por tanto, en este tercer trimestre las cifras de teletrabajo doblan el nivel previo a la crisis.
El teletrabajo está siendo una opción laboral más implantada en el caso de las mujeres ocupadas (el 11,3% de las ocupadas trabajó más de la mitad de los días desde su casa en el tercer trimestre, frente al 9,5% de los hombres), lo que tiene una explicación de tipo sectorial: en determinados sectores en los que el recurso al teletrabajo es más complejo (Industria manufacturera, Construcción) la presencia de trabajadores varones es muy superior, lo que reduce el promedio.
Por comunidades autónomas, Madrid es la región donde teletrabaja una mayor proporción de los ocupados, el 20,1%, lo que dobla la media nacional (10,3%), seguida por Cataluña (13,0%) y Asturias (10,5%). Son las únicas tres regiones en la que se supera la media nacional. Canarias, Cantabria y Ceuta son las tres zonas en las que la implantación del teletrabajo es menor.