Las empresas de ANGED (Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución) han invertido ya más de 140 millones de euros desde el inicio de la pandemia
para garantizar la seguridad en las tiendas para empleados y clientes. Este compromiso, que va más allá de las propias obligaciones legales que toda empresa tiene ante el covid, incluye entre otras cuestiones: los materiales de seguridad y protección; la inversión en costes de personal; inversión en mantenimiento y climatización segura; costes sanitarios; auditorías de seguridad; refuerzo de equipos de limpieza y seguridad en los centros; así como campañas de formación, comunicación y sensibilización para empleados y clientes.
Estas medidas están demostrando su eficacia: según datos del Ministerio de Sanidad, el comercio únicamente concentra el 0,8% de los casos por covid en el ámbito laboral desde la desescalada de junio. Si las tiendas son seguras para nuestros empleados, que atienden al público a diario, son seguras para los consumidores.
En el estudio sobre Las empresas ante el COVID-19, Medidas de prevención en grandes establecimientos, ANGED recoge las principales medidas, algunas de las buenas prácticas implementadas y evidencias sobre su eficacia. Entre otras:
1.La mayor superficie de venta facilita la adopción de protocolos de prevención
2.Control de aforos y ayuda para ordenar el tránsito de clientes
3.Sistemas de climatización para la renovación permanente del aire y los bajos niveles de CO2
4.Servicios de prevención propio para una gestión de riesgos rigurosa
5.Formación a los equipos para la correcta aplicación de medidas
6.Campañas de sensibilización para clientes y empleados
7.Métodos de cobro más ágiles para descongestionar las cajas
8.Limpieza y desinfección reforzada en zonas de contacto frecuente
9.Coordinación con proveedores y empresas que operan en centros
10.Toma de muestras de contaminación por covid en algunos centros
11.Prioridad en la vigilancia de la salud de los empleados
12.Programas de auditorías internas y externas
La seguridad se ha convertido en un factor indispensable e ineludible para la distribución comercial. El consumidor quiere espacios seguros de compra, que garanticen unos altos estándares de seguridad ante el covid, medidas de prevención y distanciamiento adecuadas y una protección lo más eficaz posible para empleados y clientes. Nuestras empresas han demostrado capacidad para garantizar esta demanda, por eso no está justificado desde el punto de vista técnico el cierre de tiendas impuesto en algunas comunidades y cuyo impacto en la actividad comercial y el empleo está siendo muy negativo.