El volumen de negocio de los establecimientos de peluquería y estética cerró el ejercicio 2020 con un retroceso estimado del 27,5% respecto a 2019, como consecuencia de la paralización temporal de la actividad, las limitaciones de aforo, el fuerte deterioro del consumo privado y la caída en el número de visitas por la menor actividad social y profesional, según los datos del Observatorio Sectorial DBK de Informa.
El segmento de establecimientos de peluquería contabilizó unos ingresos de 3.060 millones de euros, cifra muy similar a la del ejercicio anterior y que supuso el 76,5% de la facturación sectorial.
Por su parte, los centros de estética experimentaron una evolución más positiva al crecer en torno a un 1%, llegando a alcanzar una cifra de ingresos de 940 millones,es decir, el 23,5% del total.
Los locales pertenecientes a cadenas facturaron el 20% del negocio total, con una cifra de 810 millones de euros. En los centros de estética se aprecia una mayor penetración de los ingresos generados por salones integrados cadenas, llegando a suponer el 34% del negocio total generado por este tipo de centros, frente a la participación del 16% registrada en el caso de los establecimientos de peluquería.
Tras los síntomas de debilidad que ya mostró la demanda del sector en 2019, las estimaciones provisionales para el cierre de 2020 apuntan a una disminución del mercado del 27,5%.
En este sentido, en 2020 los ingresos del sector experimentaron una fuerte caída como consecuencia de la crisis de la COVID-19, que dio lugar inicialmente a la paralización temporal de la actividad, para posteriormente registrarse limitaciones en los aforos, caída en el número de visitas por la menor actividad social y profesional, y fuerte deterioro de la actividad económica.
El número de establecimientos de peluquería y estética se situó en 70.500 en 2019, correspondiendo 48.200 a salones de peluquería y los 22.300 restantes a centros de estética. La mayor parte de los establecimientos son independientes, de manera que solo el 8% se encuentran integrados en cadenas.
El sector muestra un fuerte grado de atomización de la oferta, de manera que las cinco primeras cadenas en términos de ingresos reunieron de forma conjunta el 6,4% del volumen de negocio total en 2019, mientras que las diez primeras concentraron solo el 9,0%.