El comercio minorista en España ha perdido más de 20.000 millones de facturación y destruido 59.000 empleos en doce meses de pandemia, a los que se suman otros 100.155 empleados en situación de ERTE. El comercio es de hecho el sector más dañado por la pandemia, por detrás de las actividades de venta al por mayor y los servicios de comida.
España es la única economía entre las grandes de la UE, junto a Italia, en la que el comercio todavía no ha retomado la senda del crecimiento. Las restricciones de movilidad explican hasta un 35% de las diferencias provinciales en el PIB, teniendo mayor impacto que el hundimiento del turismo. En el último año, el comercio no esencial ha estado cerrado total o parcialmente durante 181 días en Castilla y León, 162 días en las Islas Baleares y 222 días en Cataluña, donde todavía siguen cerradas tiendas de más de 800 m2. De hecho, estas tres comunidades que encabezan las restricciones concentran casi el 50% del empleo total perdido en España desde octubre (69.094 parados).
A pesar de que el Ministerio de Sanidad atribuye al comercio un índice bajísimo de incidencia en los contagios (solo las empresas de ANGED -Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución- han invertido más de 140 millones de euros en prevención y seguridad en las tiendas), varias comunidades han cerrado de forma injustificada y desproporcionada los grandes establecimientos, mejor preparados para operar con garantías en este escenario de pandemia.
El consenso económico prevé un crecimiento de la economía española entre el 5,5% y el 6% para este año, que se puede traducir en un repunte del comercio del entorno del 4% en 2021 (frente a la caída del 8% en 2020). Ahora bien, hay muchos condicionantes abiertos y sujetos a un nivel de incertidumbre muy alto. En primer lugar, se tiene que cumplir con éxito la campaña de vacunación. En segundo lugar, sería necesario recuperar la movilidad interna totalmente en verano. Y en tercer lugar, es necesario recuperar al menos un 50% del turismo internacional del verano de 2019, ya que el comercio ha dejado de ingresar más de 3.400 millones de euros por la debacle del turismo en el último año.
Desde ANGED demandan un gran compromiso nacional para recuperar la confianza, el consumo de los hogares y, sobre todo el empleo, como palancas para reactivar la demanda nacional. Para esta asociación, una forma de recuperar la gran cantidad de horas de trabajo y facturación perdidas sería con un gran pacto para poder abrir más domingos y festivos en 2021. Por otro lado, líneas de ayuda y planes renove para la reforma y mejora de las viviendas podría tener un impacto muy positivo en categorías como los electrodomésticos, muebles, electrónica de consumo, telecomunicaciones o bricolaje. En el ámbito fiscal, se tiene que buscar un entorno impositivo que aliente la inversión y el consumo. En el laboral, es fundamental avanzar en la reforma laboral, dentro del ámbito del diálogo social, para dotar a las empresas de aquellas medidas de flexibilidad que les permitan afrontar el nuevo entorno y mantener en la medida de los posible el empleo.