Randstad ha presentado en rueda de prensa su Estudio de Tendencias de RRHH, elaborado en colaboración con la CEOE. El acto de presentación contó con la participación de Antonio Garamendi, presidente de CEOE; Jesús Echevarría, CEO de Randstad Iberia y Latinoamérica, y Valentín Bote, director de Randstad Research.
Según Jesús Echevarría, CEO de Randstad Iberia y Latinoamérica, este informe nace “con el objetivo último de aportar nuestro granito de arena y ayudar a las empresas para contribuir a su rápida adaptación a la realidad de la era postcovid. Conocer las tendencias, transformaciones y retos que afronta el mercado de trabajo es prioritario para que nuestras empresas puedan anticiparse y seguir desarrollando su actividad con todas las garantías”.
Por su parte, el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, ha destacado la oportunidad del estudio, recordando que, en estos casi dos años desde el inicio de la pandemia, se ha producido una evolución acelerada en todos los ámbitos relacionados con el funcionamiento de las empresas y la gestión de los Recursos Humanos. Aspectos como el teletrabajo, “donde nos hemos adelantado cinco o seis años a lo previsto inicialmente”, que ha llegado para quedarse pero que ahora hay que adaptar a la nueva realidad de forma “racional y consensuada”.
El estudio señala que, a pesar del impacto sufrido por la pandemia, el 51% de las empresas confía en contratar nuevos profesionales en los próximos 12 meses. Un nuevo empleo que se incorporará para compensar la rotación existente, apoyar el crecimiento del negocio o para contar con nuevas habilidades y competencias.
La mayoría de los empresarios que prevé contratar (62%) consideran que la dificultad para cubrir una vacante no cambiará de manera significativa respecto a la situación precrisis y un 25% incluso tienen una previsión optimista y creen que lo tendrán más fácil que antes.
El informe señala que tres de cada diez empresas comparten una visión positiva respecto a la evolución futura de la situación económica, ya que esperan crecimientos en el sector y en la propia empresa. Aunque son mayoría la proporción de empresas que se muestra pesimista hacia el futuro inmediato y prevén un cierto decrecimiento hasta el final del 2021 en la economía del país (64%), lo que conllevará la reducción del volumen de su negocio (31%).
Las empresas continúan considerando que la influencia de la crisis sanitaria sigue siendo muy considerable en la economía. De hecho, un 32% de las compañías consideran que los efectos han sido graves o muy graves, mientras que para un 43%, fueron moderados, y tan solo una de cada cuatro empresas no experimentaron consecuencias negativas.
Sin embargo, la mayoría de las empresas (75%) creen haber contado con buenas condiciones organizativas para enfrentarse a los desafíos generados por la pandemia.
De cara al próximo año, las empresas tienen como principales objetivos organizativos la productividad (elegida por el 65% de las empresas), la seguridad (53%), y los procesos innovadores y tecnológicos (45%).
Principales retos: la transformación y adaptación a la nueva normalidad
El estudio elaborado por Randstad y CEOE también señala uno de los grandes desafíos que tienen por delante las empresas: su transformación y adaptación a la nueva normalidad. La seguridad de los empleados, la productividad y eficacia de los procesos, y la digitalización e innovación, con el fin de poder asegurar la de calidad son, actualmente, los factores más importantes para los empresarios a la hora de emprender esa adaptación.
Por otro lado, las limitaciones a los que los empresarios temen que se van a tener que enfrentar en la actual situación será la falta de rapidez en la toma de decisiones (para el 26%), un capital financiero limitado y demasiadas prioridades que compiten entre sí (ambas con el 24%).
Otras posibles limitaciones serán la falta de tecnología (13%), la ausencia de preparación (12%) y poca visión de futuro (11%).
Para cumplir con los objetivos y adaptarse a la nueva realidad, en la mayoría de las empresas se realizan diferentes tipos de transformaciones: se trata de la digitalización, innovación tecnológica y automatización, nuevos modelos de trabajo, más flexibilidad en el trabajo del personal, o incluso cambios de cualquier tipo con el fin de reducir gastos y aumentar rendimiento.
El teletrabajo, una prioridad
En lo que se refiere a prioridades organizativas de cara al futuro, el teletrabajo vuelve a ser protagonista. Ha conseguido liderar el listado de las medidas de flexibilidad aplicadas y el porcentaje de las empresas que lo van a aplicar en los próximos tres años (el 51%) se ha duplicado respecto al periodo anterior a la crisis del COVID-19.
Además, tiene una evaluación muy positiva: es valorado y apoyado por los empleados (67%), ofreciéndoles múltiples ventajas y contribuyendo a su satisfacción (73%).
Sin embargo, el teletrabajo conlleva también una serie de desventajas percibidas. Para una de cada dos empresas requiere una inversión adicional significativa y se cree que dificulta la evaluación del rendimiento. Además tiene un posible impacto negativo en el trabajo en equipo y las relaciones interpersonales en opinión de dos de cada tres de las empresas.
Entre otros retos organizativos a los que las empresas se tendrán que enfrentar, está el de la digitalización y la transformación tecnológica. Dos de cada tres compañías (64%) considera que ya ha progresado mucho en esta área (aunque la mayoría consideran que pueden avanzar más), mientras que una de cada tres empresas (33%), y sobre todo las empresas de menos de 50 empleados, todavía creen tener un largo camino por delante en términos tecnológicos.
Valentín Bote, director de Randstad Research y encargado de la presentación de este informe, señaló que “la digitalización y automatización tienen un gran impacto en los Recursos Humanos: cambian la forma de organizarlos, se necesitan formaciones en competencias digitales, surgen nuevos perfiles profesionales y se trasforman algunos tradicionales".
La automatización es una tendencia emergente en la actualidad. Sin embargo, es un proceso muy complejo y se necesita tiempo para implementarlo. Se espera que la automatización incida más en algunas tareas y actividades que en la sustitución de puestos de trabajo por completo: una de cada cuatro empresas espera automatizar más del 20%.
En cuanto a los retos de gestión de talento, el estudio señala que la motivación, la fidelización y el desarrollo del personal son los principales a los que se han de enfrentar las empresas.
En concreto, fidelizar el talento, aumentando la motivación e involucración del personal (19%), apoyar el crecimiento de carrera de los empleados (12%), potenciar habilidades de equipos de alto rendimiento (11%) o gestionar el personal para asegurar mayor productividad (10%).
Las competencias transversales, las más valoradas por los empleadores
En lo que se refiere a formación, la principal prioridad para el 40% de los empresarios es el desarrollo de competencias transversales en los empleados, tales como capacidad analítica, comunicación, atención al cliente, gestión de equipos, presentaciones, resolución de problemas, gestión de proyectos, etc. Por otra parte, la nueva forma de teletrabajar requiere un enfoque adicional en competencias digitales en una de cada cuatro empresas (27%).