BLEU DE CHANEL ha expresado las diferentes facetas de su cuerpo aromático-amaderado en tres interpretaciones. Son más que unas simples declinaciones ya que potencian la intensidad de sus notas originales.
CHANEL llevó a cabo una introspección en cada una de ellas para la creación de un sensual Eau de Parfum en 2014 y de un sofisticado Parfum en 2018. En cada variación hay una faceta y una característica propia que se revelan de manera elegante y magnética.
De fondo, una batería marca el ritmo. Sus platillos vibran y tocan sus acordes al ritmo de BLEU DE CHANEL Eau de Toilette. Jacques Polge* juega con las paradojas e imagina para esta primera obra una combinación de cítricos unida a la potencia de un acorde aromático. A la energía electrizante de esta estela fresca y luminosa se le añade la calidez de las notas secas de cedro junto con la madera de sándalo de Nueva Caledonia.
El metrónomo se acelera, el tambor redobla a un ritmo aún más hipnótico... Con la luminosidad que aportan las notas hesperidadas y el acorde aromático, BLEU DE CHANEL Eau de Parfum respira libertad. En su segunda composición, Jacques Polge explora la faceta más suave del vetiver: su frescor. El perfumista lo rodea de notas de ambar y cedro, redondas y sensuales.
El bombo de la batería comienza a sonar. Es entonces cuando, en las manos de Olivier Polge**, su potencia llega al culmen con la profundidad de BLEU DE CHANEL Parfum. Su frescor aromático se prolonga a través de un maravilloso acorde de cedro y de sándalo de Nueva Caledonia. Generoso, en su profundidad adquiere una sofisticación sin límites creando una alquimia misteriosa y diferente en cada piel.