Un instante suspendido al ponerse el sol. Olas hasta donde alcanza la vista. La caricia de un soplo de viento fresco sobre la piel... Termina el verano y la nueva estación se anuncia con un leve escalofrío. En el aire parece que flota el deseo de recargarse de energía, de centrarse en uno mismo. De reconectar con las propias emociones. Estas son las sensaciones que nos brinda el nuevo Eau de Parfum L’Essentiel de Eau de Rochas.
Con esta fragancia inédita, la Maison Rochas escribe por primera vez el nuevo capítulo de una historia que empezó hace varias décadas, la de Eau de Rochas, un icono de la perfumería inspirado en las sensaciones vivificantes de la Riviera francesa, un concentrado de elegancia atemporal desde hace más de cincuenta años. Su firma reaparece sin ambigüedad en L'Essentiel, cuya composición decididamente moderna propone un perfume cálido y reconfortante; una creación para llevar todo el año.
El mar, eterna fuente de inspiración para la Maison, se convierte esta vez en el decorado de un paréntesis contemplativo. Un momento privilegiado propicio para la búsqueda de sentido y de armonía que, como el perfume original que lo inspiró, brinda una sensación de bienestar.
UN AROMA ENVOLVENTE
Compuesto por la perfumista Natalie Gracia-Cetto, Eau de Rochas L’Essentiel es un floral hespéride mineral de gran contención y sutileza. Un jugo de elegancia perfectamente controlada.
Su acorde de salida evoca la atmósfera del final del día a orillas del mar, cuando el calor de los últimos rayos del sol contrasta con la brisa que viene de alta mar y llena de susurros la vegetación del litoral: una esencia de limón, radiante y alegre, refrescada por un petitgrain limonero de acentos verdes, vigorizantes y herbáceos. El aire de la noche se intensifica con el aroma del jazmín y la flor de azahar: un corazón floral delicado, realzado por un revoloteo de pétalos rosas y blancos. Finalmente, el pachulí, el ámbar mineral y los almizcles blancos se mezclan en un fondo sensual y vibrante; un acorde tan envolvente como una cachemira que cubriese la piel desnuda cuando el frescor del relente del mar se hace sentir.
REFLEJOS PLATEADOS
Los grandes clásicos están hechos para ser reinterpretados. Y he aquí el frasco emblemático de Eau de Rochas reinventado: su silueta arquitectónica, coronada por un tapón esférico, adopta un aspecto metalizado. Un acabado inédito que produce la impresión de que las ondulaciones acuáticas del vidrio centellean bajo el sol del invierno.
Tanto en el frasco como en el estuche (también revestido de plata), su nombre, L'Essentiel, parece haber sido escrito a mano, como una nota personal, íntima. El signo de que, ante todo, este perfume se elige para uno mismo, para nadie más.