Ya hemos hecho en otros artículos de esta publicación alusión al concepto de consumo ético y su creciente presencia en el sector de la cosmética, incluyendo implícitamente los productos ecológicos y sostenibles. Si bien llegamos a la conclusión que aún quedaba mucho camino por recorrer en esta materia por parte de nuestros legisladores, la buena noticia es que la Comisión Europea está adoptando una postura dinámica en este tema. Dicho dinamismo se ha manifestado, entre otros, mediante la comunicación en diciembre de 2019 del Pacto Verde Europeo, y en la consecutiva adopción en marzo de 2020 del nuevo Plan de Acción de Economía Circular.
El citado Plan de Acción proporciona una agenda orientada al futuro para lograr una Europa más competitiva en colaboración con los agentes económicos, los ciudadanos y las organizaciones de la sociedad civil. Contribuye a la consecución de los objetivos climáticos y de eficiencia energética para 2030, a la neutralidad climática para 2050 y a la disociación del crecimiento económico y el bienestar de los ciudadanos de la Unión Europea de los impactos ambientales y climáticos, garantizando al mismo tiempo la competitividad a largo plazo de la Unión Europea, y todo ello de manera inclusiva.
En el presente artículo analizaremos la evolución y la implicación de una de las medidas que comprende el citado Plan de Acción consistente en desarrollar una iniciativa legislativa sobre productos sostenibles, de gran interés para el futuro de la economía europea en general, incluido por su puesto el sector de la cosmética.
Evolución y estado de la iniciativa legislativa sobre productos sostenibles
A lo largo del último trimestre de 2020, la Comisión Europea publicó la evaluación de impacto inicial de esta iniciativa legislativa sobre productos sostenibles en el que se plasman los problemas a resolver, los objetivos a conseguir y las opciones existentes para alcanzarlos, analizando preliminarmente el impacto que tendrá su ejecución.
Antes de adentrarnos en el análisis de esta iniciativa legislativa, es relevante señalar que, una vez publicada la evaluación de impacto ambiental, se abrió un período de feedback en el que se podía realizar comentarios acerca de dicha evaluación que finalizó el 16 de noviembre de 2020. Después de dicho período, se abrió el pasado 17 de marzo un período de consulta pública con fecha de finalización el 9 de junio de 2021 a medianoche, para recopilar opiniones de las partes interesadas sobre dicha iniciativa legislativa mediante la cumplimentación de un cuestionario publicado en la página web de la Comisión Europea.
¿Qué objetivo persigue esta iniciativa legislativa?
Entrando en materia, el principal objetivo de esta iniciativa consiste en establecer un marco político comunitario para que los productos sean aptos para una economía circular neutra desde el punto de vista climático y eficiente en el uso de los recursos, reducir los residuos y garantizar que el rendimiento de los líderes en sostenibilidad se convierta progresivamente en la norma.
La Comisión Europea tiene claro que, para ello, es necesario ampliar el ámbito de aplicación de la Directiva 2009/125/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 21 de octubre de 2009, que hoy en día regula el diseño ecológico de los productos relacionados con la energía. La futura legislación objeto de la iniciativa en cuestión tratará de ser aplicable a la gama más amplia posible de productos (incluidos servicios) y de establecer requisitos mínimos de sostenibilidad y/o información para grupos específicos de productos.
En este sentido, los productos prioritarios de esta iniciativa legislativa sobre Productos Sostenibles identificados en el Plan de Acción de Economía Circular son la electrónica, las TIC, los textiles, los muebles y los productos intermedios de alto impacto, como el acero, el cemento y los productos químicos; dejando de lado los productos alimentarios y los piensos.
No obstante, se determinarán otros grupos de productos en función de su impacto ambiental y su potencial de circularidad, que podrían afectar a los productos cosméticos y a la perfumería. Tan cierto es que actores de dicho sector participaron en el primer período de feedback, publicando sus comentarios a la evaluación de impacto inicial de esta iniciativa legislativa. En concreto y a efectos meramente ejemplificativos, mencionamos a la “Polish Union of the Cosmetics Industry” quien transmitió a la Comisión Europea el pasado 16 de noviembre de 2020 su preocupación por que dicho marco legal fuera flexible para permitir y fomentar la innovación en dicho sector, y expresó asimismo que “Los principios generales de sostenibilidad de los productos deben ser claros y objetivos; estos deben proporcionarse como un marco armonizado y adaptable a la gran variedad de categorías de productos. Este conjunto de principios debe garantizar que se tenga en cuenta la naturaleza de los productos. Los nuevos requisitos no deben infringir los requisitos legales sectoriales existentes, incluidos los relativos a la seguridad del producto para el consumidor final” (traducción del texto en inglés).
Medidas y opciones para cumplir con los objetivos perseguidos
Además de tratar de aplicar requisitos mínimos a la gama más amplia posible de productos, la Comisión Europea está considerando implantar las siguientes medidas:
• “establecer principios generales de sostenibilidad de los productos;
• establecer normas de la Unión Europea para responsabilizar a los productores de proporcionar productos más circulares e intervenir antes de que los productos se conviertan en residuos (por ejemplo, proporcionando productos como un servicio, proporcionando reparación/garantizar la disponibilidad de piezas de repuesto);
• establecer normas de la Unión Europea para fijar requisitos sobre el etiquetado obligatorio de sostenibilidad y/o la divulgación de información a los agentes del mercado a lo largo de las cadenas de valor en forma de pasaporte digital del producto;
• establecer normas de la Unión Europea para fijar requisitos mínimos obligatorios de sostenibilidad en la contratación pública de productos;
• requisitos para abordar los aspectos sociales a lo largo del ciclo de vida del producto como parte de los principios y requisitos de sostenibilidad, cuando sea apropiado y factible;
• medidas sobre los procesos de producción, por ejemplo, para facilitar el contenido reciclado o la refabricación y para seguimiento del uso de sustancias peligrosas en dichos procesos;
• medidas para prohibir la destrucción de bienes duraderos no vendidos”.
Probables repercusiones anticipadas por la Comisión Europea
Aunque más en adelante la Comisión Europea realizará una evaluación de impacto para cada medida propuesta, en su nota publicada en septiembre de 2020 ya evalúa, aunque de manera preliminar, que la aplicación de las medidas englobadas en esta iniciativa legislativa sobre productos sostenibles tendrá probablemente un impacto desde varias perspectivas.
Desde un punto de vista económico, la Comisión Europea prevé que los incentivos de mercado para los productos sostenibles aumentarían la competitividad relativa de los productos sostenibles frente a los no sostenibles, causando un consecuente e inevitable cambio para operadores económicos cuyo modelo de negocio depende actualmente de productos no sostenibles. Asimismo, y entre otras repercusiones, es interesante señalar que se anticipa que las medidas aplicables por esta iniciativa legislativa relacionadas con los materiales y la producción podrían suponer a corto plazo costes adicionales para los productores y/o minoristas, lo que a su vez implicaría el incremento de los precios de compra para los consumidores. Las economías de escala significan que la diferencia de precios a largo plazo será menor a medida que los productos sostenibles y los costes adicionales se reparten entre un mayor número de productos.
A nivel social, el órgano ejecutivo europeo espera que la mejora de la reciclabilidad y el aumento de contenidos reciclados generen más puestos de trabajo y valor añadido en el sector del reciclaje, así como que el fomento de la durabilidad de los productos y de su reparación impulse el empleo en los sectores de la reutilización y la reparación. Por otro lado, insiste en que es muy probable que a corto plazo los precios de consumo aumenten, aunque a largo plazo, estiman que el incremento de la vida útil de los productos reduzca los costes generales de compra, y que los costes de funcionamiento (incluidas las facturas de servicios públicos, en su caso) se reduzcan ya que los productos más eficientes utilizan menos recursos, como la energía y el agua.
Por último, y como es evidente habida cuenta de los objetivos perseguidos por esta iniciativa legislativa, la aplicación de sus medidas debería implicar la reducción de forma significativa de las presiones medioambientales (por ejemplo, la extracción de recursos, el uso de energía, gases de efecto invernadero y otras emisiones, la contaminación ambiental, el uso del agua) y los impactos ambientales asociados a los actuales modelos de producción y consumo.
Aprovechando la ola de cambios causados por la COVID-19
De todo lo anteriormente expuesto, podemos concluir que grandes cambios están por llegar en un futuro próximo en materia de sostenibilidad, con un impacto que no podrá ser ignorado por el sector de la cosmética y de la perfumería. Es dable resaltar que la implementación de dichos cambios debería verse acelerada por la crisis de la pandemia mundial que estamos sufriendo. En este sentido, la propia introducción de la evaluación de impacto de esta iniciativa legislativa de productos sostenibles declara que “en respuesta a los efectos dramáticos y sin precedentes de la crisis COVID19, se necesita una recuperación colectiva y cohesionada que acelere la doble transición ecológica y digital y refuerce la competitividad, la resistencia y la posición de Europa como actor mundial. Debemos invertir en la protección y creación de puestos de trabajo y en el impulso de nuestra sostenibilidad competitiva mediante la construcción de una Europa más justa, más ecológica y más digital. Debemos reparar los daños a corto plazo de la crisis de forma que también invirtamos en nuestro futuro a largo plazo.”