¿Con qué aroma definiría su infancia?
Recuerdo mis largos veranos en Cadaqués, un pueblo con muchísimo encanto de la Costa Brava, de casas encaladas blancas y calas rocosas. Recuerdo su característico olor a mar, a salitre, yodo y algas... una brisa marina que se entremezclaba con el frescor verde de las hojas de higueras y el olor resinoso de los pinos. Una sensación que me genera cierta nostalgia por la época que representa de mi vida.
¿A qué huele la ciudad donde vive?
Actualmente vivo en Barcelona, mi ciudad natal, y a la que tengo muy especial cariño. Una ciudad que no identifico a través de un único olor, sino más bien a través de las distintas experiencias olfativas que han marcado mi vida en ella. El olor del mar del puerto olímpico y la zona del rompeolas, el verde aromático de mis paseos por Collserola y el Tibidabo, el ambiente floral de mis visitas al jardín botánico, o el olor del chocolate con nata casera de las Granjas Petrixol en el barrio gótico.
Otra de las ciudades, que considero parte de mi vida es París, ciudad en la que viví durante algún tiempo y que frecuento por mi trabajo. Una ciudad que me ha marcado por su adictivo olor a “croissant” y pan caliente de las “boulangeries”, así como por el frescor verde y floral de las floristerías, presentes de forma incondicional en todos sus barrios.
¿Qué le impulsó a ser nariz?
De joven me atraía mucho el mundo de la perfumería y la cosmética, me encantaban los perfumes, y en aquella época coleccionaba miniaturas. Con 14 años decidí estudiar químicas. El oficio del perfumista me lo dieron a conocer dos de mis grandes amigas de la infancia y de la adolescencia, cuyas familias tenían un gran arraigo en esta industria, y que me permitieron no solo conocer la existencia de este oficio, sino acercarme a este fantástico mundo y conseguir introducirme en él.
¿Cree que es un oficio con futuro? ¿La IA podrá llegar a crear alta perfumería?
Sin duda, la perfumería sigue siendo un oficio de futuro, como muchos otros trabajos artísticos y creativos. Las personas necesitamos de estas vivencias sensoriales que nos hacen soñar, que nos transportan a un mundo invisible, mágico y a veces irracional.
La IA se impondrá en muchas disciplinas, irá creciendo y transformando probablemente “las reglas del juego” de muchos ámbitos; evidentemente también lo hará en el mundo de la perfumería. Creo que nos ayudará en la dinámica del proceso creativo, de hecho ya lo está haciendo, y acelerará muchos procesos, pero el sello final lo marcará siempre la mente humana, que es la que con su curiosidad, intuición e inteligencia emocional, marcará siempre la diferencia.
Si la creación de un perfume es un arte, ¿con qué otro artista, quizás de otra disciplina, le gustaría colaborar?
Me encantaría colaborar con un músico. De joven cursé varios años de piano, y aunque hoy no le dedique mucho tiempo, la música sigue siendo algo importante en mi vida. Creo que te lleva a sentir emociones de una forma muy especial, puede estimular tu energía, ofrecerte momentos de paz, trasladarte a algún momento de tu vida... sensaciones muy similares a las que transmite un perfume.
Mencione un clásico que usted considere un referente o su referente.
L’Air du Temps de Nina Ricci, creado por Fabron en 1948. Una fragancia que marcó la época de la posguerra, en la que la mujer empezaba a trabajar, un momento de cambio de la moda, de la necesidad por la libertad… Una fragancia primaveral, dominada por un acorde floral especiado (clavel), inédito en la historia de la perfumería. Un perfume de gran riqueza con ricos aceites esenciales de jazmín, rosa, sándalo…, y en el que empezaban a utilizarse y sobre dosificarse algunos ingredientes sintéticos, como el salicilato de bencilo, el eugenol o las metiliononas… Una fórmula muy moderna que creó escuela e inspiró creaciones posteriores que fueron también grandes éxitos del mercado.
¿Por qué es una buena estrategia consolidar las fragancias clásicas?
Mantener una fragancia a lo largo de muchos años en el mercado no es tarea fácil, pero es lo que perseguimos con cualquier lanzamiento. La inversión que requiere un nuevo perfume es muy elevada, y no siempre tiene el retorno deseado; por ello hay que aprovechar y apoyar aquellas fragancias aceptadas de forma universal y con éxito, que consiguen enamorar a los consumidores/as, y que permiten consolidar una marca.
¿Qué perfume de los lanzados en 2019 ha captado su atención y por qué?
Me encanta una de las fragancias que hemos creado para la colección Herrera Confidential de Carolina Herrera: Sandal Rubi. Una fragancia creada entorno al sándalo, uno de los ingredientes por los que tengo una especial pasión, no solo por haber podido acercarme a las plantaciones y seleccionar una calidad sostenible y excelente, sino por lo que aporta a nivel de textura, opulencia y cremosidad. La incorporación de una calidad muy especial de tuberosa proporciona una gran armonía entre el sándalo y el resto de los ingredientes, consiguiendo una fragancia muy envolvente.
¿El interés por la sostenibilidad y la ecología marcará las nuevas tendencias en creación de perfumes?
Seguro que sí, de hecho, considero que es ya una de las tendencias actuales. Las grandes casas de creación y producción de materias primas llevan ya muchos años trabajando en programas de sostenibilidad de productos naturales en países de origen, así como en química verde. No solo los ingredientes se adaptarán al interés por la sostenibilidad, sino que otros elementos del mix del producto deberán adaptarse también a esta nueva tendencia: materiales embalaje, tipo de vidrio, hábitos del consumidor…
¿Cuál cree que será el ingrediente más destacado de 2020?
El Ambrox, un ingrediente sintético de gran atractivo, muy facetado por su efecto amaderado, ambarado y almizclado, que dosificamos cada vez en mayores cantidades tanto en fragancias masculinas como femeninas, y que valoramos por la elevada tenacidad que aporta, así como por su sensualidad.
¿Qué fragancia lleva puesta ahora mismo?
Dos de las fragancias que tenemos en estudio para un próximo proyecto que se lanzará en 2021.
