Desde el lanzamiento de su marca homónima hace diecisiete años, François Nars siempre había soñado con abrir una tienda propia. Tras años en busca del espacio ideal, finalmente ha encontrado el lugar perfecto en el West Village de Nueva York, en un histórico edificio situado en el 413 de Bleecker Street que cuenta con una fachada que data antes de la II Guerra Mundial.