Muchas son las mujeres que experimentan cambios en la estructura, apariencia y tacto de su cabello con la llegada del verano. En esta época, no solo estamos expuestos a un clima más extremo y caluroso, sino que también cambiamos nuestros hábitos y rutinas. Por un lado, los rayos solares alteran la melanina y dañan la queratina del cabello, haciendo que este pierda su brillo e hidratación natural y se vuelva áspero y quebradizo. Por otro, acostumbramos a lavarnos y recogernos el pelo mojado más a menudo, contribuyendo la humedad a la debilitación del cabello.