Las manos son la segunda parte del cuerpo más visible después de la cara. El dorso de unas manos envejecidas pierde volumen, se vuelve irregular, las venas se hacen más prominentes y aumentan las manchas y las arrugas.
El rejuvenecimiento de las manos ha recibido cada vez más atención como área de tratamiento cosmético. Las manos pueden «delatar» la edad de una persona en función del grado de daño y pérdida de volumen. El fotoenvejecimiento de esta zona del cuerpo es multifactorial y abarca desde cambios subcutáneos (pérdida de volumen) hasta cambios dérmicos/epidérmicos (elastosis solar o lentigos).