El pasado 30 de enero, la Agencia Europea de Productos Químicos (ECHA) envió su propuesta de restringir el uso de las micropartículas plásticas añadidas en diversos productos de consumo y de uso profesional.
Ya en octubre de 2015, en vista de las preocupaciones públicas expresadas sobre este tipo de materiales y su impacto en el medio ambiente y dada la disponibilidad de materiales alternativos, Cosmetics Europe precisamente recomendó a sus miembros que discontinuaran el uso en micropartículas sólidas sintéticas, que no se biodegradan en el medio, en los productos cosméticos que se enjuagan, con una fecha tope de puesta en el mercado de 2020.
Las compañías cosméticas hicieron suyo, voluntaria e individualmente, el compromiso de sustituir el uso de estas partículas por otras alternativas y, pese a que la recomendación marcaba como límite la fecha de 2020, la reducción en su uso ha sido mucho más rápida de lo previsto.