Carolina Herrera prosigue su indagación en torno a la mujer contemporánea con el lanzamiento de Good Girl Blush Eau de Parfum, una atrevida explosión de contrastes que conforma una expresión de feminidad floral empolvada y única. Este nuevo capítulo en la historia de Good Girl es un un estimulante contraste entre la energía y el poder de dos extracciones diferentes de una sensual base de vainilla con el romanticismo suave de una nota de peonía, en cuyo centro centellean dos usos distintos del siempre radiante
Ylang Ylang.
El núcleo de la personalidad de Good Girl es un espíritu de dualidad. Como expresión olfativa del universo interior que toda mujer lleva dentro de sí, ilustra
su capacidad para ser sensual y fuerte a la vez, instintiva e inteligente, romántica y empoderada. Para esta nueva edición, el perfumista Quentin Bisch ha trabajado con sus colegas Shyamala Maisondieu y Christophe Raynaud, inspirándose al instante en el propio frasco en forma de stiletto de Good Girl, interpretado aquí en rosa pastel con un dinámico tacón dorado: “La vainilla me vino a la mente al instante. El tacón es el pilar del zapato, y he imaginado la vainilla como el pilar de la fragancia”.
El uso de distintas extracciones del mismo ingrediente fue un modo ingenioso de profundizar aún más en la historia de Good Girl. Los perfumistas no solo crearon una explosión luminosa de fragancia al contrastar elementos entre sí; también encontraron un modo de crear notas complementarias de cada ingrediente.
“Ya habíamos trabajado con la faceta gourmand de la vainilla en anteriores variaciones de Good Girl, así que utilizar una nueva extracción, de matices empolvados, fue el modo perfecto de articular la imagen del colorete”, dice Quentin Bisch. Respecto al Ylang Ylang, “teníamos la luminosidad del propio pétalo de la flor, y al añadirle un absoluto pudimos jugar con la dimensión más profunda, narcótica y sensual de esta flor irresistible”. Para crear el efecto en pétalos que la peonía aporta al voluminoso bouquet floral de Good Girl Blush, los perfumistas trabajaron con moléculas científicas mezcladas con agua de rosa reciclada.
Sin dejar de ser fiel al olor de la peonía natural, esta técnica permite que la nota alcance todo su potencia floral, y refuerza la durabilidad en la piel.
El juego simbiótico entre facetas se convierte en un baile entre ingredientes y, para los perfumistas, el Ylang Ylang, la otra flor en el corazón de la fragancia, supone una evolución natural del jazmín blanco que resultaba crucial en el Good Girl original. Todas las fragancias de la colección Good Girl están protagonizadas por una feminidad empoderada y explosiva encapsulada en el stiletto cuya fuerza interior puede romper el cristal y, en el mundo del perfume, el Ylang Ylang blanco se considera como la hermana exótica del jazmín. Seductora y luminosa, con facetas picantes, evoca viajes lejanos y fantasías escapistas: una reinvención luminosa, deslumbrante y radiante de Good Girl.
Sirve para recordar no solo la distancia que estos ingredientes preciosos viajan para ser transformados en perfume, sino también la sabiduría de los productores locales, que en el caso de la vainilla y el Ylang Ylang de Good Girl Blush proceden de Madagascar y de las Islas Comoro en África. Para crear esta fórmula totalmente vegana, Carolina Herrera se ha asociado con una empresa líder en la industria del perfume, Givaudan, y su programa de sostenibilidad, Sourcing4Good. Esta fundación, cuyas acciones tienen un impacto directo en los trabajadores que obtienen las materias primas, es el resultado de un esfuerzo conjunto cuyas inversiones en recursos y procesos de extracción da vida a una fragancia como Good Girl Blush.