Amazonian Rose, la nueva fragancia de la línea más exclusiva de la casa, da un paso más y rinde homenaje a la fundadora de la marca. Carolina Herrera, la joven nacida en Venezuela que supo triunfar en la exigente moda neoyorquina, es conocida por su familia como Rosa de Venezuela. Y esta nueva fragancia es un canto de amor a su personalidad, su pasión y su éxito que hunde sus raíces en la exuberante naturaleza latinoamericana. Floral, tropical, romántica y energética, Amazonian Rose esconde, como todas los perfumes de este álbum de recuerdos olfativo, una historia propia.
La rosa de Venezuela no tiene aroma. Sin embargo, lejos de acobardarse, el joven perfumista Nicolas Bonneville, autor de Amazonian Rose, ha tomado este desafío como un reto personal. Este joven perfumista, un apasionado de la jardinería y las flores, ha llevado a cabo un extraordinario ejercicio de creatividad olfativa, naturalismo y fantasía cuyo resultado es una fragancia que imagina un olor tan exuberante y arrollador como la sublime rosa de Venezuela: un perfume floral y tropical, basado en el olor de la rosa pero con acentos inconfundiblemente amazónicos. Una obra maestra contemporánea y lista para llevar.
En las notas de salida destaca el magnetismo del cardamomo de Guatemala con su frescura especiada. Nicolas Bonneville ha empleado una variedad que es el resultado de métodos sostenibles, como reciclar las semillas desechadas por los mercados de especias que las descartan por su aspecto, aunque su contenido olfativo siga siendo extraordinario. Es este cardamomo el que aporta el fulgor inicial, y abre, como una fanfarria o una obertura orquestal, el camino a la verdadera protagonista, al corazón del perfume: una rosa de Venezuela recreada mediante una mezcla de rosa damascena y fruta de la pasión: romanticismo y frescura, feminidad y descaro. A medida que pasa el tiempo, la evolución de la fragancia desvela sus últimos secretos, sus notas de fondo: un acorde de copal mexicano, ligado a las raíces de América Latina y a su paisaje. Esta resina de tonos cálidos que contienen toda la magia del sol y entonan un canto a los cielos mexicanos, es también un ejercicio de reconstrucción creativa que aúna mirra e incienso árabe de origen certificado.
El frasco
Un homenaje a Carolina Herrera solo puede venir acompañado por su color fetiche: el rojo Carolina, un tono intenso y energético que impregna el vidrio facetado y biselado del elegante frasco que caracteriza a los perfumes de Herrera Confidential. Este tono intenso y transparente, casi ígneo, contrasta con las elegantes superficies doradas y lacadas en negro del tapón, la base y la etiqueta. Un homenaje lujoso y exuberante a la más energética de las creadoras de moda del último medio siglo.