¿Con qué aroma definiría su infancia?

Tengo mucha suerte en ese sentido porque mi infancia estuvo llena de olores. La casa familiar, situada en las colinas florentinas donde crecí, está rodeada de tierras de cultivo y campos verdes, e innumerables tipos de flores y plantas. Jugaba en el jardín con mi hermano y hermanas, cerca de las hileras de tomates, y olíamos el embriagador aroma de sus hojas: una fragancia profunda, verde y terrosa extendida por todo el campo. Para mí, es el olor de la libertad.

¿Con qué aroma definiría su infancia?

Recuerdo mis largos veranos en Cadaqués, un pueblo con muchísimo encanto de la Costa Brava, de casas encaladas blancas y calas rocosas. Recuerdo su característico olor a mar, a salitre, yodo y algas... una brisa marina que se entremezclaba con el frescor verde de las hojas de higueras y el olor resinoso de los pinos. Una sensación que me genera cierta nostalgia por la época que representa de mi vida.

¿Con qué aroma definiría su infancia?

De mi infancia, recuerdo la vainilla, la canela, la hierbabuena y el laurel, me gustaba estar en la cocina mientras mi madre cocinaba. Son mis recuerdos olfativos más lejanos. Siendo un poco más mayor, mi recuerdo sería más floral. Recuerdo las rosas que cultivaba mi padre y que florecían en el mes de mayo. Rosales luneros de olor embriagador o las lilas que caían como racimos del árbol.

¿Con qué aroma definiría su infancia?

Tuve el honor de nacer entre aromas ya que mi infancia se desarrolló en el entorno de una empresa de perfumes y siempre estuve rodeado de olores.

¿Con qué aroma definiría su infancia?

Mi madre se mudó a los Países Bajos desde Kampung, en Indonesia. En casa empezaba a cocinar por la mañana temprano aplastando cebollas, ajo, chiles, jengibre, semillas de cilantro, etc. Estos olores se quedarán conmigo hasta el final de los días.