¿Con qué aroma definiría su infancia?
De mi infancia, recuerdo la vainilla, la canela, la hierbabuena y el laurel, me gustaba estar en la cocina mientras mi madre cocinaba. Son mis recuerdos olfativos más lejanos. Siendo un poco más mayor, mi recuerdo sería más floral. Recuerdo las rosas que cultivaba mi padre y que florecían en el mes de mayo. Rosales luneros de olor embriagador o las lilas que caían como racimos del árbol.
¿A qué huele la ciudad donde vive?
Actualmente resido en Barcelona. Hay días en los que, según la dirección en la que sopla el viento, el olor del mar llega hasta mi barrio como una oleada de frescor salado y limpio, es una sensación olfativa muy especial que me encanta.
¿Qué le impulsó a ser nariz?
La curiosidad. La capacidad de crear olores desde cero.
Tener la suerte de poder dejar una pequeña huella en la vida de las personas, en forma de memoria olfativa.
¿Cree que es un oficio con futuro? ¿La IA podrá llegar a crear alta perfumería?
Los perfumes son la “banda sonora” de nuestra vida, son los que nos dejan una huella única en nuestra memoria. En un futuro, como seres humanos, seguiremos necesitando tener perfumes que nos identifiquen. Que nos llenen de recuerdos y ahí estarán los perfumistas para desarrollarlos.
La IA ya ha llegado. Hay casas de perfumería que la usan en su día a día para formular. Eso sí, para una creación artística, como es un perfume, costará llegar a que lo desarrolle la IA de forma integral.
Si la creación de un perfume es un arte, ¿con qué otro artista, quizás de otra disciplina, le gustaría colaborar?
Sin duda es un arte, como ya indicó hace años Edmund Roudnitska. Creo que hay mucha relación entre la música y la perfumería. Quizás con algún músico como Jaime Altozano que describe la música con una pasión especial.
Mencione un clásico que usted considere un referente o su referente.
L’Air du Temps. Fue todo un descubrimiento. Mientras me formaba como perfumista en el ISIPCA, estudiamos y analizamos este perfume, lo decorticamos, evaluando cada acorde, su combinación y el efecto de las materias primas que lo componían.
Fue como escuchar una sinfonía, en la que te concentras para ir oyendo cada instrumento por separado mientras evolucionan a lo largo de la partitura. Poco a poco se van fusionando de forma armónica y ordenada y de repente descubres a toda la orquesta tocando la sinfonía completa.
Es un perfume que me marcó y en el que me inspiro, para intentar alcanzar la excelencia y la máxima calidad.
¿Por qué es una buena estrategia consolidar las fragancias clásicas?
Estas fragancias tienen una historia, un recorrido y una calidad que las lleva a ser clásicos. Son referentes olfativos que de repente son descubiertos por un público más joven y les maravilla.
¿Qué perfume de los lanzados en 2019 ha captado su atención y por qué?
La nueva línea de perfumes de Aristocrazy, me ha gustado por su originalidad, tanto en los perfumes, como en su diseño. Me ha gustado mucho su atrevimiento en las notas desarrolladas.
¿El interés por la sostenibilidad y la ecología marcará las nuevas tendencias en creación de perfumes?
Sin duda alguna, no podemos vivir de espaldas a una realidad muy actual que es la sostenibilidad. Tanto la sostenibilidad ecológica, como la social. Somos responsables de la herencia que queremos dejar a las generaciones futuras.
Considero que estará muy presente, de una forma u otra, en la creación de los perfumes.
¿Cuál cree que será el ingrediente más destacado de 2020?
Hay un resurgir desde hace unos años de las flores blancas, gardenia, magnolia, tuberosa y flor de naranjo.
¿Qué fragancia lleva puesta ahora mismo?
Una prueba para un perfume de Antonio Banderas 2021.
