Si algo hemos aprendido durante este tiempo es la paradoja de que el cambio se ha convertido en la única constante en nuestras vidas. Por ello, la rapidez de adaptación y la adopción de las nuevas tecnologías es crucial a la hora de entender cuál es la mentalidad del consumidor, cómo se comporta y cuáles son las razones que subyacen detrás de este comportamiento. Tan solo un año y medio después de los inicios de la pandemia, estamos menos tiempo conectados a Internet que durante los meses duros de confinamiento, menos la Generación Z y los Millennials, que incrementan el consumo de Internet, 7 puntos por encima que la media, hasta las 76 horas semanales (12 horas/día). Además, nos conectamos principalmente desde nuestros smartphones. Otro de los fenómenos derivados de la hiperconectividad es el denominado “efecto doble pantalla” (ver la TV mientras nos conectamos a Internet) que ya es parte de nuestra vida cotidiana.