Javier DiViero Experto en Cosmética y Dermofarmacia, y Maquillador profesional.
Como profesionales del mundo de la Belleza debemos estar al día de las nuevas tendencias y estilos de maquillaje que van surgiendo temporada tras temporada.
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COLABORACIONES
Javier DiViero Experto en Cosmética y Dermofarmacia, y Maquillador profesional.
Como profesionales del mundo de la Belleza debemos estar al día de las nuevas tendencias y estilos de maquillaje que van surgiendo temporada tras temporada.
Elena del Valle Autora del libro La Vendedora de Perfumes. Formadora de Perfumería.
Decimos que una fragancia pertenece a la familia olfativa FLORAL cuando el tema principal recuerda al aroma de una o varias flores. Es la familia olfativa más extensa y abundante en la perfumería mundial de hoy en día.
Las fragancias florales tienen aromas creados para agradar y gustar. Esa es la misión que enarbolan las flores en la naturaleza: derrochar belleza y sensualidad. Es pura supervivencia. Necesitan atraer al mayor número de mariposas y de insectos que las polinicen para garantizar la continuidad de su especie vegetal.
Dentro de esta familia tenemos diversas subfamilias según los materiales de acompañamiento y siguiendo los criterios de las escuelas francesas de perfumería:
Fue el tipo de fragancia favorita al inicio de la perfumería moderna.
Actualmente, se suelen componer fragancias con una sola flor en las que el aroma natural es reconstituido en laboratorio para captar únicamente, determinadas facetas o moléculas de la flor: rosa, jazmín, violeta, tuberosa, narciso, etc.
Algunos ejemplos soliflore son: (les busques x internet??)
La personalidad de cada flor
Cada flor aporta su propia personalidad a la fragancia: tenemos flores parlanchinas como la flor de azahar, bailongas como el jazmín, embaucadoras como la mimosa, opulentas como la magnolia o mudas como el iris.
Las flores mudas o silentes son aquellas flores que impiden capturar sus fragancias bien porque de su flor no se obtiene aroma cualitativo (por ejemplo, la amapola) o bien porque el rendimiento es tan escaso que no resulta rentable su extracción (es el caso de la madreselva o del clavel, por ejemplo). Esto obliga a los perfumistas a poner en práctica su imaginación para recrear el olor de la flor cuando no lo tienen o cuando no se puede extraer de forma abundante.
También hay que tener en cuenta que hay determinados ingredientes “florales” que encontramos de forma habitual en los perfumes que no se extraen de la flor sino de otras partes de la planta. Es el caso del iris (la esencia utilizada en perfumería se extrae de su raíz) o de la violeta (se obtiene de sus hojas).
Formas de extracción:
Tratándose de flores, lo más tradicional es trabajar con sus aceites esenciales obtenidos por destilación al vapor en el alambique, práctica habitual desde el siglo IX.
Pero también podemos optar por extraer su aroma con solventes para obtener su absoluto cuyo resultado suele ser más realista y parecido al de la flor viva original.
En el Grasse medieval y renacentista, los enflorados (superposición de flores delicadas sobre una grasa o manteca animal o vegetal) se realizaban a mano y con sucesivas cargas para permitir la absorción de las fragancias. Una vez llegado al punto de saturación deseado, se calentaba y se filtraba para aislar y obtener la esencia floral con la intensidad deseada. Pero este procedimiento lento y costoso por su carácter manual, cedió paso a las nuevas tecnologías (salvo en alguna producción nicho o ediciones limitadas de alta perfumería).
Con el avance de la ciencia química, las formas de extracción evolucionaron. Hoy en día es muy habitual extraer fracciones o moléculas aisladas de las flores sometidas a alta presión con un gas supercrítico (SFE o extracción por CO2). El resultado es el aroma de una flor viva, como si la tuviésemos delante en un ramo de flores o aún plantada en la misma naturaleza. Este procedimiento ha ido ganando terreno no solo por su resultado fresco y luminoso sino también por resultar un procedimiento que nos permite ahorrar recursos naturales (agua, electricidad y poco material odorante). Se ha convertido en un método imprescindible cuando el ingrediente es escaso o cuando por razones de conservación o ética moral no queremos esquilmar un bien natural.
Algunos ingredientes icónicos en la familia olfativa floral
Vamos a ver ahora algunos de los ingredientes florales más icónicos utilizados en perfumería:
ROSA
Es la reina de las flores por excelencia. En aromaterapia, el aceite esencial de rosa se utiliza para potenciar las cualidades relacionadas con el amor, la aceptación, la ternura...
A nivel molecular es una de las notas más complejas que existen en la naturaleza y un auténtico enigma para los perfumistas: en una gota de aceite esencial de rosa podemos encontrar más de 300 moléculas olfativas diferentes, algunas también presentes en la pimienta negro o en notas animálicas.
De todas las variedades de rosa que existen, las más utilizadas en perfumería comercial son dos: la Rosa Damascena y la Rosa Centifolia. (En perfumería nicho podemos encontrar otras variedades menos comunes e hibridaciones).
La Rosa Centifolia es una flor cuya corola está formada por muchos pétalos (de ahí su nombre, “cien folias”). Crece con facilidad en la región de Grasse, en el sur de Francia, por tradición y por condiciones climato-edafológicas. Su cosecha es delicada y su rendimiento (cantidad de esencia obtenida por extracción) es escaso. De ahí que su precio sea elevado. Su aroma suele ser discreto, intimista y delicado, evocando las cualidades más tiernas de la feminidad.
En Castilla León podemos encontrar alguna cosecha pequeña pero cualitativa de rosa centifolia.
La Rosa Damascena es una flor con pétalos mucho más abiertos y despegados, con un aroma más intenso y cuyas propiedades terapéuticas suelen ir asociadas a la sensualidad y la pasión.
En España, tenemos también la Rosa Narcea con un genotipo diferente del resto de rosas tradicionalmente conocidas. Su plantación y recolección en Asturias es por el momento limitada (aunque creciendo anualmente) y se vende casi en exclusiva a uno de los grandes laboratorios de esencias para su explotación.
Existen multitud de leyendas asociadas a la rosa. Dicen que la rosa era la flor preferida de Cleopatra, que fue la primera mujer que comienza a utilizar perfumes en sus rituales de belleza para seducir (hasta ese momento, las esencias se utilizaban más con fines religiosos y místicos). Su mítico baño de leche de burra con pétalos de rosa dejaba su piel tersa y suave. En las visitas de Marco Antonio, Cleopatra mandaba a sus sirvientes recubrir su lecho y sus alrededores con pétalos de rosa, para que al pisarlos se liberara la esencia. Así cuando estuviese lejos y oliese una rosa, pensase en ella.
Un poco más adelante en la historia, la hija del emir de Damasco, en los festejos de su boda, hizo flotar miles de rosas en todas las acequias y fuentes del jardín. Ese día hacía un calor tan intenso, que acudió a refrescarse en una de las fuentes, notando un aroma delicado, refinado, que dejaba su piel tersa y suave como el terciopelo. Así que cada día, mandó repetir el mismo ritual obteniendo las primeras “Aguas de Rosa”.
Posteriormente, esta rosa de Damasco se exportó a otras regiones y aunque siguen perteneciendo a la misma especie botánica, las cualidades geológicas del suelo y de la climatología variaron ligeramente sus matices olfativos. Surgieron así la rosa de Bulgaria, de Marruecos, la rosa de Provenza...
Hasta hace unos años, obtener el aceite esencial de Rosa era una tarea ardua y complicada. Al tener unos pétalos tan delicados, la destilación se hacía con una temperatura muy por debajo de lo habitual, siendo necesarias grandes cantidades de pétalos para obtener tan solo unas gotas de aceite esencial: 5.000 kilos de pétalos de rosa proporcionaban un solo kilo de esencia.
Hoy en día, el avance en las técnicas de elaboración y en particular la extracción a base de CO2, permite seleccionar las notas más aéreas y volátiles de la flor, con mucha menos cantidad de pétalos.
La rosa era la nota “olor perfecto”, ese “aroma que despertaba la bondad y el amor de todo el mundo al olerlo”, obsesión de Grenouille, protagonista de la película y libro “El Perfume” de Patrick Suskind.
JAZMÍN
Es la más utilizada de todas las flores blancas.
Es una flor de pequeño tamaño cuyo olor se va transformando a lo largo del día: por la mañana destila un aroma fresco, delicado, femenino, que se va atenuando a medida que el sol va alcanzando su zenit, para desplegar toda una explosión de olor intenso por la noche.
Ese movimiento aromático del jazmín aportaba además propiedades fijativas a la composición, convirtiéndola en una flor muy apreciada en la perfumería renacentista (algunas de sus moléculas casaban muy bien con notas animálicas de los fijadores casi siempre de origen animal utilizados en esta época).
En las culturas asiáticas, el jazmín es el símbolo de pureza, de ahí que muchas jovencitas lo lleven en el pelo y en la ropa el día de su boda.
En aromaterapia se utiliza para regular el deseo sexual y equilibrar las cualidades femeninas, estabilizando las funciones hormonales. Hace que la mujer se sienta bien en su rol de mujer.
O se ama, o se detesta, pero normalmente no deja indiferente a nadie.
Existen diferentes variedades, pero las más utilizadas en perfumería son:
La recolección de las flores de jazmín se realiza a primera hora de la mañana, antes de que salga el sol, cuando aún la flor está cerrada en sí misma, formando un capullo, ya que sus pétalos son muy delicados y se estropean con facilidad.
Suelen ser recolectadas por manos de mujer que con suavidad giran el capullo para que no se dañe y lo colocan en cestas de mimbre bien aireadas para su procesamiento inmediato, a menudo en los mismos campos de cultivos.
Su esencia puede obtenerse también por enflorado al ser una flor muy sensible al calor.
Cuentan algunas leyendas de origen árabe que las flores de jazmín son la reencarnación en la tierra de las estrellas. Por ello, aportan luminosidad y guía en las “noches oscuras del alma”.
NEROLÍ O FLOR DE AZAHAR
Los árboles cítricos son habituales en los climas más soleados del Mediterráneo.
Su flor, el azahar, es un ingrediente habitual en cocina y repostería. El Agua de Azahar aporta ese toque tan característico en sabor y olor a postres de la cultura popular mediterránea, como el clásico Roscón de Reyes.
De la destilación de las flores de Azahar obtenemos dos productos: el hidrolato, llamado Agua de Azahar, o su aceite esencial (también llamado Nerolí), el más utilizado en la perfumería comercial.
De aroma concentrado y tenaz, cuenta la leyenda que era el perfume favorito de la princesa de Nerola, un pequeño pueblo cerca de la ciudad de Roma. Esta princesa dejaba rendido a su paso a todo hombre que pudiese aspirar su estela de olor. Cada mañana se perfumaba con unas gotas de Nerolí que elaboraban para ella los perfumistas de la época con una fórmula secreta.
A partir de ese momento, el aroma de la princesa de Nerola pasó a llamarse Nerolí.
En aromaterapia, las flores de azahar y el Nerolí se utilizan para iluminar, resaltar cualidades positivas y potenciar la energía solar. Nos aporta dinamismo, vitalidad y buen humor por lo que resulta ideal para personas que atraviesen momentos un poco más apagados en sus vidas.
Normalmente se suele incorporar a composiciones femeninas.
LAVANDA
Una de las mejores cosechas de lavanda procede del Sur de Francia, de la región de Provenza, y en particular de los campos de Grasse. En los últimos años, se están obteniendo también unas cosechas de excelente aroma en Brihuega (Guadalajara) aunque el olor de nuestra lavanda es ligeramente más agreste, algo alcanforada.
La lavanda es la esencia zen por excelencia. En aromaterapia se utiliza para calmar, relajar, armonizar y equilibrar.
Es uno de los pocos aceites esenciales que podrían aplicarse puros directamente sobre la piel.
Ayuda a calmar y a reparar. Por ello, es excelente poner unas gotas sobre la almohada si te cuesta conciliar el sueño. Particularmente útil usar sobre la almohada de tu habitación de hotel cuando viajas.
Aunque es una nota floral por su forma de extracción y variedad botánica podemos encontrarla también en composiciones aromáticas.
MIMOSA
Flor envolvente, delicada, muy femenina. Crea una estela fragante tras de sí. Muy de moda en los perfumes elaborados sobre todo en la década de los 80. Florece al principio de la primavera.
Se ha convertido en símbolo de la mujer en algunos países como Italia o Francia y se suelen regalar algunos ramilletes de esta flor al llegar el 8 de marzo.
Suele extraerse por destilación al vapor o con solventes. Su aroma es dulzón. Envuelve o embriaga a su alrededor.
YLANG–YLANG
Flor con aroma muy penetrante de color amarillo dorado y carácter sensual. Deja una estela de aroma embriagador en la fragancia.
Las mejores cosechas proceden de las Islas Comoras.
Resaltan matices de femineidad y se ha considerado como un aroma afrodisíaco.
Está presente en fragancias veraniegas que nos recuerdan al exotismo y a las vacaciones (el aroma de muchos productos de protección solar se formula con el aroma de esta flor).
La familia olfativa floral es la favorita de nuestros alumnos Aprendices de Perfumista. De ahí que sea el Taller de Elaboración cuyas plazas se agotan con mayor facilidad.
Ahora que llega la primavera, elige tu flor favorita y busca una fragancia en la que se convierta en protagonista.
Una tendencia de moda entre los grandes amantes de la perfumería es, en primavera, practicar el “layering” superponiendo diferentes soliflores para crear un bouquet floral propio y distintivo. ¿Te atreves a crear el tuyo?
Permite que la primavera llene de color tu vida.
Alejandro Alonso, Abogado y Socio del Departamento Mercantil de CECA MAGÁN
En estas líneas intentaremos aclarar qué hay de detrás de dichas acepciones y de los productos que se comercializan en torno a las mismas.
Verónica Castilla, Chef Le Cordon Bleu CEO y Directora Creativa de Cooklab.
En la vanguardia del mundo de la belleza, la tendencia de organizar eventos personalizados y ofrecer propuestas gastronómicas innovadoras para el lanzamiento de productos de temporada, ha capturado la atención de las marcas más exigentes del mercado.
Javier DiViero, Experto en Cosmética y Dermofarmacia, y Maquillador profesional.
Las navidades se quedaron atrás y un nuevo año se abre ante nosotros, es el momento de los nuevos propósitos y de empezar a adoptar nuevos hábitos en nuestra rutina y hacernos cargos de esas partes de nuestro cuerpo que necesitan un mimo extra.
Ambra Orini, Co-founder & CEO en The Beauty Makers
En los últimos meses, ha surgido un fenómeno notable en la industria de la belleza que ha captado la atención de expertos y consumidores generando mucho debate: los "Sephora Kids".
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