Ariana San Román, CEO & Fundadora de la marca de cosmética para gente activa: HOH Project.
Es oficialmente la temporada de los deportes al aire libre. Qué duda cabe que hacer ejercicio al aire libre es de las mejores terapias para mantener cuerpo, mente y piel en forma.
Sin embargo, la piel es la que más sufre cuando practicamos deportes outdoor: los rayos ultravioletas, contaminación, altas temperaturas, viento…. son, entre otros, los agentes externos que hacen que nuestra piel sufra inevitablemente.
Limpieza ante todo
Por comodidad, se suele utilizar la misma ropa deportiva una y otra vez. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los restos de sudor, bacterias y demás agentes nada beneficiosos para la piel perduran en la ropa de deporte por mucho tiempo, por lo tanto, lo más recomendable es lavar la ropa deportiva después de cada uso.
En cuanto a la limpieza de la piel, limpiadores que contengan ácido hialurónico y aloe vera serán los mejores aliados, mejor si son en textura suave. Leches limpiadoras o fórmulas oil to milk serán la mejor opción para arrastrar aquellos restos de protector solar y bacterias originadas por la sudoración.
Cómo proteger la piel correctamente
El exceso de exposición a los rayos ultravioletas hace que la piel envejezca prematuramente, además de favorecer enfermedades tales como el cáncer de piel.
Para mantener una piel sana y en forma bastaría con:
1) Intentar evitar las horas en las que la intensidad de la radiación solar es más alta, entre las 10:00 y las 17:00 hrs.
2) Utilizar protección solar siempre, nunca menos de FPS 50. Tan importante es utilizar protector solar como replicarlo, al menos, cada dos horas. El sudor hace que el protector solar se vaya perdiendo, de ahí la importancia de reaplicarlo. La clave está en utilizar una protección solar adaptada al deporte, que aguante la sudoración y la humedad y que su aplicación sea sencilla y rápida, y que se absorba en segundos. Los formatos en stick son perfectos para estas ocasiones, son tan cómodos que ni siquiera se necesita utilizar las manos a la hora de aplicarlos.
3) Cubrir bien la piel. El uso de gorra, gafas de sol y prendas con protección solar siempre ayudarán a proteger al máximo la piel frente al sol y demás agentes externos.
Mantener cuerpo y piel hidratados
Es muy importante comprender la necesidad de mantenernos hidratados, de esta manera, la piel contendrá los fluidos necesarios para mantenerse en forma, los músculos quemarán calorías de una manera más efectiva y la presión sanguínea se mantendrá más estable.
Centrémonos ahora en la piel. Aplicar crema hidratante cada vez que se limpie la piel y a lo largo del día según sea necesario.
Productos que contengan manteca de karité, ácido hialurónico, ceramidas y glicerina ayudarán a mantener la piel hidratada y restaurar su función barrera.
Las duchas reponedoras después de hacer deporte pueden resultar algo “agotadoras” para la piel porque se puede resecar en exceso. Una ducha tibia no demasiado extensa es más productiva. Además, hay que prescindir de los geles de lavado y aditivos de baño espumosos y, en su lugar, elegir cosméticos con tensioactivos suaves. El último paso será aplicar un aceite corporal sobre la piel aún húmeda, así la humedad se fijará y protegerá mejor la piel.
No olvidemos el cuidado del cabello
Es imprescindible prestar especial atención al cabello, sobre todo si se practican deportes acuáticos y al aire libre: el cloro, la sal, el viento y el sol harán que nuestro cabello se pueda decolorar y piedra su fuerza y brillo. Antes de hacer ejercicio al aire libre, se recomienda utilizar protector solar especial para cabellos y, después de la práctica, enjuagarlo con agua fría, así se estimulará el riego sanguíneo y se evitará la acumulación de grasa.
El acondicionador en las puntas después del champú y la mascarilla una o dos veces por semana son también una práctica muy aconsejable en la rutina capilar.
Fórmulas enriquecidas con keratina, vitamina E y aloe vera harán que el cabello se mantenga sano sin perder su brillo ni elasticidad.
Cómo evitar los roces del neopreno
Cuando se practica surf, natación en aguas abierta o cualquier otro deporte que exige llevar un neopreno es muy habitual padecer rozaduras en el cuello, axilas, pezones, ingles, corvas, tobillos o cualquier otra zona donde el neopreno se mueve.
Es una lesión muy habitual ya que con la entrada de agua en el neopreno y los movimientos repetitivos la piel se va desgastando poco a poco hasta terminar enrojecida e irritada.
El daño puede aumentar con distintas condiciones como la temperatura del agua, el tiempo que estemos dentro de ella, la concentración de sal en el agua, nuestro de tipo de piel, la cantidad de pelo o el tipo de neopreno.
La clave aquí es evitar el roce. Existen diferentes alternativas para evitar o reducir el roce provocado por el neopreno, la lanolina es la opción más natural, protegerá la piel de los roces y, además, no dañará el tejido del neopreno.