Adrián Argente, Senior Perfumery Marketing en Scenmate by Firmenich
Las estaciones del año impactan en nuestra vida de manera decisiva, debido al cambio de horas de luz, temperatura, lluvias, el tiempo que pasamos en el exterior, etc. así como en el planeta, modificando la naturaleza y el paisaje, y por tanto los olores ligados a ellos. Por ese motivo, las estaciones pueden tener un impacto decisivo a la hora de escoger un perfume, una compra fundamentalmente emocional, ya que asociamos una paleta olfativa a cada época del año, pero también nuestro humor y bienestar emocional puede estar afectado por las estaciones y sus cambios ambientales, como las horas del sol o la temperatura. Así mismo, también impacta a las creaciones del perfumista, que puede verse inspirado por el florecer de la primavera o por una tormenta otoñal.
Aunque la experiencia personal de cada consumidor es muy importante, y aunque hoy en día, las barreras estacionales y olfativas se han difuminado mucho, sigue habiendo olores y sensaciones ligados a un tiempo y una época del año. Exploraremos aquí un viaje olfativo donde las notas de la paleta del perfumista se entrelazan con las estaciones del año para crear experiencias sensoriales únicas.
Primavera: Renacimiento Floral
La primavera es un período de renacimiento y renovación. Los días se alargan, los árboles florecen y los campos se llenan de vida, pero también es una estación inestable que puede impactar nuestro estado de ánimo de manera negativa. Los perfumes de primavera suelen ser alegres y desenfadados, aportando la ligereza típica de esta época del año. Las notas florales más frescas y verdes son muy populares, con bouquets de muguet, flor de naranjo o jazmín, notas aromáticas como el té verde o las notas frutales más ligeras, como las acuáticas: la pera, el melocotón o la manzana se entrelazan con las flores. Notas de hierba recién cortada, geranio o hoja de violeta aportan la vitalidad y energía que necesitamos para afrontar esta época del año.
Verano: Vacaciones y Energía Solar
El verano es sinónimo de sol, días largos y cálidos, tiempo libre y viajes vacacionales. Los perfumes de verano suelen ser ligeros y chispeantes, perfectos para los días calurosos. Las notas cítricas como el pomelo, la mandarina y la naranja son esenciales en estas fragancias, brindando una sensación de frescura. Notas como menta o los acordes marinos y acuáticos, refuerzan este frescor, y notas saladas pueden transportarnos a la costa, así como dar un toque diferente de sofisticación. Las notas frutales tropicales también nos ayudan a crear una fragancia de “evasión”, transportándonos a paraísos exóticos. Y como no, las hierbas aromáticas: lavanda, romero o camomila son olores típicos del verano mediterráneo que se han incorporado al mundo de la perfumería.
En los últimos años también se ha popularizado mucho el acorde solar, que evoca al olor de las cremas solares clásicas, gracias a una combinación de flores blancas -jazmín, flor de naranjo o frangipani- con las notas lactónicas del coco y la calidez del sándalo. Esta mezcla tiene una fuerte conexión en la mente del consumidor y olerlo despierta recuerdos de días de verano y sol, lo que ha popularizado este acorde más allá del verano.
Otoño: Bienestar y Confort
El otoño trae consigo una paleta de colores cálidos y una sensación de calma, el calor y las vacaciones nos dejan y eso puede provocar melancolía. Necesitamos perfumes que nos reconforten en la vuelta a la rutina. Los perfumes de esta estación tienden a ser más opulentos y redondos, incorporando para ello notas amaderadas, como el sándalo, el pachuli, el cedro o el musgo, que nos transportan a un paseo por el bosque.
Las especias como la canela, la pimienta rosa, la nuez moscada o el anís son las estrellas de esta estación, aportando calidez, sofisticación, y matices únicos que hacen vibrar al perfume. Y las notas florales enriquecen las composiciones, especialmente las más opulentas como la rosa o el clavel.
La creatividad del otoño despunta en acordes singulares como la tierra mojada, el aire de montaña o las hortalizas como la calabaza.
Invierno: Misterio y sofisticación.
El invierno nos envuelve en su abrazo frío; las noches son más largas, las temperaturas bajan y la lluvia y la nieve invitan a permanecer más tiempo en casa. Los perfumes de invierno suelen ser cálidos y ricos, diseñados para evocar la calidez que necesitamos en esta estación y envolvernos como un abrigo. Las notas amaderadas son muy comunes también, aunque destaca primordialmente el pino, una nota muy familiar. Para dar notas más misteriosas y complejas, aparecen el ámbar, el haba tonka o las resinas como la mirra o el benjuí. Acordes de cuero, oud o especias complementan este tipo de perfumes. El invierno es también la estación de la Navidad, por lo que podemos encontrar esencias con notas gourmand que nos recuerden a los postres o bebidas de esta celebrada época del año: vino con especias, vainas de vainilla, cacao o frutos rojos.
Conclusión:
Los perfumes son una expresión artística que nos permite conectarnos con la naturaleza y las estaciones del año de una manera única. Tanto al elegir un perfume que refleje la temporada en la que nos encontramos, como escoger uno ligado a otra época del año que añoramos, podemos crear una experiencia sensorial que nos transporta a un mundo de emociones y recuerdos. Ya sea la frescura de la primavera, la vitalidad del verano, el confort del otoño o el misterio del invierno, los perfumes nos invitan a explorar el mundo a través de nuestros sentidos y a abrazar la belleza efímera de cada estación.