¿Con qué aroma definiría su infancia?
No hay un olor concreto que pueda definir toda mi infancia, pero todavía hoy recuerdo con claridad la fascinación hipnótica que me producía presenciar el trabajo de Tianet, el “mestre d’aixa” (artesano que proyecta, construye y repara embarcaciones) de Port de la Selva, con la madera que embadurnaba de brea y alquitrán para posteriormente darle forma al calor del fuego, al aire libre y al lado del mar. La combinación del olor ahumado de brea, alquitrán con madera y mar ha sido quizás el olor que me trae los mejores recuerdos de mi infancia.
¿A qué huele la ciudad donde vive?
Barcelona huele a Mediterráneo iodado y salino, y a flor de tilo y azahar en primavera, aunque ciertamente las grandes urbes turísticas de éxito conllevan polución e incivismo que producen olores desagradables que pueden ser dominantes y que esconden los buenos olores que yo sí encuentro.
¿Qué le impulsó a ser nariz?
Mejor diga perfumista, inventor de olores o comunicador olfativo. Soy la cuarta generación de perfumistas Monegal y llevo el perfume en mi ADN. Estudiaba arquitectura al mismo tiempo que me formaba en el oficio de perfumista, hasta que un día, alentado por mi maestro Artur Jordi, escogí y me decidí por la perfumería, porque era una disciplina que también permitía desarrollar mis inquietudes artísticas,
¿Cree que es un oficio con futuro? ¿La IA podrá llegar a crear alta perfumería?
Sigo creyendo que con autenticidad y talento es un oficio de futuro garantizado. Dado que en el futuro la perfumería será molecular o sintética, por las normativas restrictivas de IFRA con los ingredientes naturales con la permisividad de la industria, se darán los requisitos para que la IA, con ayuda de cromatografía de gases, espectrógrafo de masa y con un buen software de ordenador esté en condiciones de inventar nuevos olores. ¿De alta perfumería?
Si la creación de un perfume es un arte, ¿con qué otro artista, quizás de otra disciplina, le gustaría colaborar?
La lista es larga: Frank Gehry, Arata Isozaki, Richard Meier, Santiago Calatrava, aunque con quien me habría gustado colaborar es con Antoni Gaudí, así como con Julien Viard y mi maestro y mentor Artur Jordi. También con Ferran Adrià o los hermanos Roca, Miquel Barceló, Jaume Plensa y un largo etcétera. ¡Hay tanto talento!
Mencione un clásico que usted considere un referente o su referente.
Mi referente siempre ha sido Guerlain junto con los clásicos de Myrurgia, aunque el perfume que siempre me ha fascinado es el extracto de Chanel 19, de Henri Robert, una obra alrededor del Iris de Florencia difícilmente mejorable
¿Por qué es una buena estrategia consolidar las fragancias clásicas?
Un perfume clásico no lo hacemos nosotros, lo hacen y lo consolidan los clientes. Un verdadero perfume es intemporal y este es posiblemente el mejor don que puede tener. Las marcas generan tal cantidad de nuevas referencias que no caben en el lineal y muchas veces estas novedades acaban con los clásicos. ¡Gran error! Los clásicos se han ganado este estatus por sus valores, trasmitidos por el boca - oreja, además generan fidelidad, y son capaces de crear recursos en lugar de gastos, por eso lo más inteligente es protegerlos para consolidarlos.
¿Qué perfume de los lanzados en 2019 ha captado su atención y por qué?
De los que he podido evaluar, porque me es imposible hacerlo con todos, no destaco ninguno en particular, de momento no creo que haya sido un gran año.
¿El interés por la sostenibilidad y la ecología marcará las nuevas tendencias en creación de perfumes?
Creo que la sostenibilidad y ecología deberán centrarse más en las presentaciones y sus reciclajes que en los olores, aunque si se genera una tendencia fuerte comercial, entonces veremos cómo marketing lo traduce en olor
¿Cuál cree que será el ingrediente más destacado de 2020?
Desgraciadamente seguirán dominando las moléculas como iso e super, hedione, lilial, galaxolide, ambroxan…
¿Qué fragancia lleva puesta ahora mismo?
Faïsa.
